sábado, 1 de noviembre de 2014

En Japón todo es Kawaii (nihon dewa subete ga kawaī desu, にほんではすべてがカワイイです, 日本ではすべてがカワイイです)


Un juego de teteras, ollas, etc, la mar de kawaii
En México se celebra el Día de los Muertos, en España el de Todos los Difuntos y en los países anglosajones Halloween. En Japón, una vez más y debido a la poderosa influencia de los norteamericanos, se celebra cada vez con más interés esta festividad en la que ser una bruja de mucho cuidado y sin que sirva de precedente, está bien visto.

Sin embargo, como en el blog vamos por libre -a diferencia de Mónica Naranjo, no tenemos ataduras-, el tema se centrará en lo opuesto al terror y el mundo de ultratumba, así que Jason, Freddy (Krueger, no Mercury, aunque valdría también en el segundo ámbito y como diría Mariló Montero, Q.E.P.D.) y toda esa compañía non grata tendrán que esperar a que llegue su turno otro día. Lo opuesto al terror, al pavor, al pánico es la tranquilidad, la serenidad y en cierto modo, también otros sentimientos como la ternura.


Cuando lo kawaii desborda
Todo hispanohablante medio, que no mediano, que tenga un mínimo contacto con alguien japonés, especialmente si se trata de una fémina, llegará a misma conclusión: antes que konnichiwa, arigatou o ninjitsu, la palabra que brota de los labios de dicha señorita (algún caballero se estila, pero menos) será, con sorprendente insistencia, kawaii.

Kawaii significa, ni más ni menos que lindo, bonito, mono -en inglés es podría traducir como so lovely, so cute…- y tiene tal peso en la cultura pop nipona que existe una clasificación detallada para determinar qué es o no es kawaii, aunque, como es evidente, es un campo amplio y bastante subjetivo y se aplica a una variedad de cosas prácticamente ilimitada.

Kawaii pero subliminal (Decía la canción
"El único fruto del amor, es la banana, es la banana")
Es tal, la importancia que tiene lo kawaii y la sensación de bienestar que provoca entre la comunidad japonesa que se utiliza en televisión, con gran profusión de mascotas de espuma de ojos grandes, colores pastel y formas redondeadas (algo, por lo visto, muy en consonancia con dicho concepto, aunque de nuevo, tiene interpretaciones mil) aunque tengan a una persona sudando dentro, en las tiendas, que venden muñecos y peluches a millones -unisex, porque si la demanda es amplia, la oferta se adapta a la perfección y todos ganan- , pero también en ámbitos que entre los occidentales podrían parecer desconcertantes , como reuniones de negocios -de gente con mucho poder, que esto es el Primer Mundo-, fuerzas del orden (éstos todavía se intuyen como un servicio a la ciudadanía y no contra ella, sirviendo, de este modo, como un refuerzo positivo) o incluso marcas de condones (WTF!).



Hacer algo kawaii conlleva trabajo, sobre todo en pastelería
Como adelantaba, la clasificación es variada, desde los bebés y las mascotas animales (si se trata de cachorritos el nivel se desborda ya por todas partes), la mayoría de juguetes y peluches -hasta aquí todo normal, como en el resto del globo-, pero también otros como las chicas ataviadas de lolita, para algunos y algunos algo bonito, para otros algo desfasado, y par los últimos, que no se andan con chiquitas, o sí -he aquí el quid-, algo como poco erótico y como mucho sórdido, depravado, los ídolos musicales, con una apariencia realmente extraña en infinidad de ocasiones, pero que despiertan la ternura, la admiración e incluso la veneración, esencialmente entre el público juvenil, la moda en general, una vez más, la femenina con mayor profusión, ya que son éstas las que juzgan lo que es o no kawaii y en general cualquier objeto que para los occidentales esté fuera de lugar, desde vallas de obra con ranitas y otros animales de granja -pintados, no reales e insertados en las mismas-, hasta establecimientos completamente rosas y plagados de Hello Kitty por hasta donde alcanza la vista, en todas sus formas, tamaños y variantes, donde aparentemente, Mi pequeño Pony acaba de pasar vomitando arcoíris por doquier, dado el grado de barroquismo en el ambiente, tan asfixiante para la mayoría que se podría incluso mascar pero en el que los japoneses se desenvuelven como un rodaballo en las costas gallegas.

Lo kawaii aparece en Japón donde menos los esperas
En el espectro más alejado y sorprendente, imaginando que el resto de cosas no lo fueran, que suelen serlo, se encuentra lo kimokawaii, que en esencia se trata de lo que da un poco de repulsión, es extraño o feo, pero, siendo tanto, despierta cierta ternura al rebasar el espectro por el lado opuesto. Para entendernos, como sucede con los perros de raza carlino o con Paquirrín.

Que ustedes lo pasen bien, estén donde estén y celebren lo que celebren.


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