viernes, 29 de noviembre de 2013

Coches (kuruma, くるま, 車)

La semana pasada hablaba brevemente sobre los coches en Japón. Coincidiendo con el reciente Salón del automóvil que se celebra en Tokio, aprovecho para hablar de los vehículos familiares. Más estrechos, altos y compactos, poseen un encanto especial y chocante para todos aquellos amantes del motor, a los que dedico éste y el siguiente post.

Bienvenidos al mundo del motor 2013

Existen no pocas diferencias en lo que a su manejo se refiere. En primer lugar, como en numerosos países de la Commonwealth (aunque no tenga que ver), se conduce por la izquierda y no por la derecha. En segundo lugar, los coches son automáticos y cada vez en mayor número, híbridos. En tercer lugar, en el frontal poseen una pantalla de tamaño decente que actúa como GPS y, cuando están parados, incluso, como televisor (sí, se puede ver la tele en el coche plácidamente, incluido el conductor, para que las esperas se hagan más amenas, pese a que son extremadamente puntuales). Y así, muchas otras.

Estas maravillas andan enseñando ahora por aquí



Por añadidura, los coches no se aparcan del mismo modo que en Europa. Esto es, se colocan en paralelo y en parkings, pero incluso en este caso, existen las suficientes salvedades para reflejarlo en unas líneas:

No se aparcan en fila en la calle sino en parkings que a menudo están al aire libre. Los cubiertos, en todo caso, suelen pertenecer a grandes almacenes, pero algo que es común e inherente a todos ellos, marcando una gran diferencia con los de otras latitudes es que suelen estar construidos hacia arriba y no hacia abajo (rara vez son subterráneos) ocupando edificios enteros. Por otra parte, determinados estacionamientos, para ahorrar espacio, tienen un sistema de almacenaje automatizado, por el que los coches se apilan unos encima de otros (sin perjuicio para ninguno de ellos, por supuesto). Incluso en las casas particulares, los coches están al nivel del suelo.

Cómo aparcar en Japón. Facilísimo. Parecen máquinas expendedoras más que parkings.


El pajero en su modelo mini, para todos los gustos
Como es natural, teniendo una gran cantidad de marcas propias como Nissan, Subaru, Suzuki, Honda y el gigante Toyota, del que hablaré largo y tendido en la próxima edición, sin olvidar sus filiales Lexus (gama alta) y Daihatsu (gama baja), entre la más famosas e internacionales, que cumplen su función perfectamente, rara vez se ven Renault o Ford (si acaso algún deportivo italiano o una berlina alemana). 

Muchos modelos han cruzado los mares y son conocidos internacionalmente, otros tuvieron que cambiar de nombre porque comercialmente habrían sido un desastre como los afamados Suzuki Moco y Mitsubishi Pajero, pero un buen número sólo se fabrica por y para japoneses. 

Vaya cachondeo ha habido siempre con estos modelos. El segundo, en verde es el cachondeo generalizado. 

Para finalizar por hoy hago una pequeña reseña sobre los vehículos “pesados” y lo pongo entre comillas porque algunos están a caballo entre un camión de verdad y un Micro Machine, con la forma correcta, pero el tamaño ligeramente inferior al que estamos acostumbrados.

Un camión pequeñito. Yo soy más alto...

sábado, 23 de noviembre de 2013

Esas pequeñas cosas II (sasai na koto, ささいなこと, 些細なこと)

Pachinko: una maquinita con muchos seguidores
Una sección obligada y recurrente en el blog (no podemos evitar hacer comparaciones cuando estamos en otro lugar, somos como somos), es la que afecta a los objetos corrientes en nuestra tierra a los que se les confiere un uso diferente o alguna particularidad en otra. Sección ya iniciada hace poco más de un mes, la retomo ahora y prometo seguir con ella, aunque de manera discontinua.

Parece sencillo robar un banco de esta guisa...



Máscaras: un altísimo porcentaje de japoneses las usa constantemente, ya sea para evitar contagiarse o para no contagiar a los demás, si ya es demasiado tarde. En otoño y primavera se pueden ver en un altísimo porcentaje (hablo de un 25% de la gente usándolas por la calle o en lugares públicos), en verano disminuye un poco (un 10%) y en invierno puede alcanzar a un tercio de la población, que se dice pronto. 


Hay numerosos diseños, desde la más básica hasta una en la que el dueño parece Bane, el malo de Batman, aunque todas suelen ser blancas y sin florituras. Al fin y al cabo es algo funcional...


Paraguas: Japón tiene una estación lluviosa durante el mes de junio. En este periodo la humedad crece exponencialmente, mientras que en otoño, al contrario que en otras latitudes, el ambiente se reseca una barbaridad. Pese a ello, a Zipango le amenazan tifones y otros fenómenos acompañados de agua constante.

A Ted Mosby le iba a durar poco el misterio con paraguas como estos

Para salir de casa cuando llueve conviene llevar paraguas, como en todas partes, si bien, estos suelen ser de vinilo/plástico transparente, tanto para ellos como para ellas, mientras que los de otros materiales, más opacos, son usados a modo de parasol en verano por las féminas, que cuidan su piel clara hasta la extenuación.



Coches: rematadamente distintos. Dicen que los coches americanos son más grandes. Pues los coches japoneses son más altos, estrechos y de formas angulosas (mientras que las marcas occidentales buscan formas redondeadas en sus diseños, las marcas niponas, al menos en aquellos modelos que se fabrican sólo para Japón, buscan entran mejor en todas partes).


He de decir que no todos son así, los hay más “normales”, pero de coches hablaré más adelante en un monográfico.




Tragaperras: en Japón no hay bares como entendemos en España o pubs como en Inglaterra. Hay sitios para comer y muchos, más baratos o más caros, pero ninguno cuenta con una tragaperras. Tienen muchas máquinas, sí. De eso ya hablaré más adelante, pero ninguna con cerezas, peras y números 7 dando vueltas. En su lugar, poseen enormes superficies llamadas pachinko (& slot) donde, por lo visto, introducen bolas metálicas en las susodichas, pudiendo ganar muchísimo dinero (la minoría) o desplumarse en poco tiempo (lo que suele pasar en todas partes). Abren desde primera hora de la mañana y cierran tarde. Nunca le faltan visitantes. 

Que conste que estoy en contra del juego, pero es necesario mostrarlo.Como con los coches, prometo hacer un post exclusivo al respecto, porque es un submundo con mucho, mucho peso en la sociedad nipona, especialmente entre los hombres.

A falta de casinos tradicionales, bueno es un pachinko

Esto ha sido todo por hoy. Lamento ir con retraso publicando. Enmiendo el error para la semana que viene, prometido.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Hábitos en el vestir 4ª parte (y última): disfraces (ishou, いしょう ,衣装)

Nunca falta el colorido y la sonrisa de oreja a oreja

Si en algún punto del planeta los disfraces tienen un significado especial, aparte del las Comic On con el universo de superhéroes americano o los carnavales de Río (por poner dos ejemplos a bote pronto) es en Japón. Eso sí, teniendo presente que mientras que en los otros lugares es puntual, en tierras niponas llega a ser una constante.


Los cosplays están a la orden del día aunque en determinados puntos de la geografía tokiota son especialmente pintorescos. Quizá cada día nos sorprenda menos, ya que es una moda extendida a lo largo y ancho del globo, pero aquí están algunos de los más trabajados y mejores que se hayan visto, con grandes almacenes destinados únicamente a satisfacer la necesidad que pueda existir sobre ponerse un pelucón verde moco que llegue hasta las rodillas, pero allá cada uno.

¡Qué naturalidad!. Cualquiera diría que salen a comprar el ramen de esa guisa...

Las idols  o iconos del pop suelen ponerse disfraces para actuar, a tal punto que, sin éste y el maquillaje, difícilmente las reconocería ni su propia progenitora… Son grupos muy numerosos llenos de jovencitas (los masculinos existen, pero son menos). Especialmente en la vertiente femenina, suelen llevar el mayor colorido posible, como si estuvieran salidas de una caja de rotuladores.
Las niñas muy barrocas y siempre enseñando pierna, los hombres con neones, como los coches tuning.

Una sirvienta del lejano Oriente

 Las meidos son muchachas jovencitas que se visten de doncella (meido es maid en japonés) para atraer a los visitantes a sus “cafeterías”. Sus disfraces son eróticos, aunque nada más lejos de la realidad, tratando a los clientes con toda la cortesía del mundo (y de paso clavándoles un poco, ya que se paga por el servicio más que por la consumición), haciéndoles sentir superiores. Bajo mi punto de vista es bastante sórdido, aunque nunca se va más allá del mero servilismo, sirve para enfatizar esa sensación de poder y sexo reprimido, pero allá cada cual. Además está ese aspecto tan japonés como son las orejitas de gato, conejo, que les encanta.


Los anuncios son la última fuente inagotable del disfraz. Toda empresa que se precie (sea seria o no) siempre tendrá como poco una mascota representativa (en ocasiones reconocida, en otras un tanto ridícula, pero es la gracia que tiene). Algunos pueblos nipones utilizan estos graciosos muñequillos para promocionarse, con muy buenos datos, he de reconocer.

Funashi, la mascota de Funabashi, una de las más graciosas

Por ahora, queda concluido el apartado de vestimenta, que, como en el caso de la comida… es susceptible de ser retomado en otro momento, ya que aquí las sorpresas son constantes.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Hábitos en el vestir 3ª Parte: Hombres (dansei, だんせい, 男性)



Soy hombre de palabra y siempre pago mis deudas (cual Tyrion Lannister crecidito), así que tras las damas llega el turno de los caballeros. He de confesar que me encuentro estupefacto por el súbito aumento de visitas del blog (supongo que las niñas con minifaldas de la entrada anterior no habrán tenido nada que ver, claro ¬¬). Alguno incluso me ha confesado que está expectante para ver la réplica masculina, así que habrá que complacer al populacho… 

El béisbol les apasiona desde niños hasta bien mayores


Sea pues, vamos al tajo, o como dicen por acá, hatarakimasho!.


Los hombres en Japón llegan a lucir uniforme tanto o más que sus compañeras femeninas, aunque son quizá menos icónicos en la mayoría de casos. Lo explico brevemente, para hacerlo digerible: en los institutos todos van con uniforme, pero el femenino es siempre más vistoso. Además, como en cualquier país, los muchachos suelen practicar deportes tras las clases en mayor número que las féminas, por lo que aunque varíen de vestimenta seguirán uniformados (llegados a este punto, es conveniente aclarar que el deporte patrio es el béisbol en lugar del fútbol, aunque éste también goza de un cierto protagonismo, por lo que la equipación más común será la de bateador).


Brevemente explicado: una imagen vale más que mil palabras


 De las bodas, sus tradiciones, modalidades, supersticiones  y vestimentas hablaré en un futuro no muy lejano, pero adelanto un detalle que también se aplica al día a día: los hombres utilizan kimonos y yukatas como las mujeres (no tan comúnmente el yukata, si acaso), si bien es cierto que las diferencias entre las prendas de ambos sexos son múltiples como el color (más sobrio para los hombres) o las costuras. 

Por otra parte, el yukata masculino dista menos del femenino, al no contar con hakama (pantalones), que si posee el kimono.



Todo un clásico

Los ejecutivos japoneses (desde cajeros de banco hasta empresarios) están cortados por el mismo patrón. Si no todos, el 95%, que son los que se agolpan unas veces, se adormecen otras, en el metro todas las mañanas. En verano lucen pantalón negro (si acaso azul marino, pero suelen llevar el primero con mayor frecuencia) y camisa de manga corta blanca (los rigores del clima no permiten otra cosa), zapatos, a ser posible negros también. Muchos llevan gafas y todos cargan con un maletín, de nuevo negro, en el que sabe Dios lo que habrá. En invierno se ponen una camisa de manga larga y una americana, permitiéndose alguna variación en los colores, aunque sin mucha floritura.



En los demás oficios existen uniformes propios, pero destaca por encima de todos el de la construcción, ya que, mientras que en los demás las diferencias con Occidente son menores, en este caso particular, surgen dos elementos propios: los pantalones bombachos, pero estrechos desde la espinilla (cual manga de Dragon Ball, por lo menos) y la inestimable (y veraniega) toalla humedecida en la cabeza, para soportar el calor, que les confiere un aire más de piratas que de obreros (o igual soy yo, que tengo mucha imaginación, vaya usted a saber).

Tiene su aquel ir así al "curro"

Pero la estrella son los señores entrados en años. ¡Ah! La tercera edad, qué divertida puede ser a veces… Aquí se uniforman solos, sin necesidad de trabajar o de ir a clase. Es francamente entretenido verlos, a los urbanitas, al menos, con esos pantalones de lona universales (nunca los he visto a la venta, pero están por todo el mundo; será que los jóvenes los tenemos prohibidos…), que aquí se llevan mayoritariamente grises, supongo que por aquello de ir acorde al color de pelo, camisa blanca (éstas se mantienen on fire da igual la edad), zapatillas de deporte último modelo (parece de broma,  pero ya las quisieran muchos chavales occidentales para salir de farra) y una gorra tirando a vieja, preferiblemente de algún viaje, como a Hawaii, que aquí se estila cantidad.
Los jóvenes, no obstante, visten como más o menos les parece, con gran libertad, mucha influencia norteamericana y ese toque propio que tan especial hace a Japón.

Los hay macarras y elegantes, como en todas partes
Habréis observado que me centro casi exclusivamente en el look estival, pero es el tiempo que llevo aquí, aunque cada vez más “The Winter is comming”, con el que, de paso, cierro el círculo referente al tito George. R.R. Martin.

La semana que viene, esta vez sí y salvo causa de fuerza mayor, hablaré de ese afán que tienen aquí para disfrazarse, aunque no celebren ni Halloween (sólo para niños) ni Carnaval. 

Sed buenos.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Hábitos en el vestir 2ª Parte: Mujeres (yoshei, じょせい , 女性)



Las colegialas son uno de los iconos más famosos de Japón. Como el sushi o el manga.

Es realmente difícil buscar en internet colegialas japonesas...


Hasta donde he leído, el uniforme que llevan consta de varias partes: falda, blusa, chaqueta, medias, zapatos, que, como en los infantes, dependerá del color -e incluso el corte- en función del colegio de procedencia.

Llegados a este punto conviene aclarar un detalle: el cuerpo de las japonesas es muy estilizado (piernas delgadas y poco pecho, como norma general, aunque hay excepciones) y lo mantienen sorprendentemente bien hasta una edad avanzada, así como la cara y el resto de la piel (se cuidan una barbaridad). Sabedoras de su punto fuerte, lo lucen sin demasiados reparos con minifaldas y shorts, mientras que apenas se ven vestidos, blusas o camisetas con escote, ya que, por lo visto, aquello no interesa en exceso.

...y que lleven el uniforme puesto. Así es la Red.

Volviendo a las muchachas en cuestión, la mayoría de colegios tienen un canon estandarizado por el cual la falda irá por encima de la rodilla, pero (esto no es ninguna novedad, ya que lo hacen allende los mares, incluso lo cantaba Silvio Rodríguez hace unos cuantos años ya), ellas se encargarán de hacerlas todavía más cortas (sus trucos tendrán). 


En una sociedad en la que se registran algunas de las perversiones más extremas y raras (por parte de los hombres, todo hay que decirlo, que están, según he podido constatar, bastante reprimidos, aunque no pretendo generalizar) y siendo, según publican numerosos estudios, el lugar del mundo donde menos sexo se practica, las colegialas son la punta del enorme iceberg (sobre perversiones sexuales japonesas, si me veo con estómago, hablaré, quizá, en un futuro, porque son tela marinera, aunque intentaría suavizarlo. ¿Qué?, ¿Qué cómo conozco estos temas? “No me lo pregunten. Lo que está claro es que ya ha prescrito…”, que diría el gran Quique San Francisco en uno de sus famosos monólogos. Ahora en serio, pues leyendo, como se aprenden la mayoría de las cosas…).

Guapas y estilosas, así son la mayoría de japonesas


Temas escabrosos aparte, quizá lo más increíble acerca de estas jovencitas es que llevan el uniforme a todas horas. Y cuando digo a todas horas es A TODAS HORAS. Es más difícil ver a una colegiala con ropa de calle que a un político honrado (bueno, tanto no, pero casi). 


Lucen uniforme incluso los días de fiesta ya que, o bien tienen alguna clase extraescolar, que por lo visto lo requiere necesariamente (algo inexplicable) o bien lo hacen porque “sienten los colores”, esto es, están plenamente orgullosas de pertenecer a la institución de turno y lo tienen que mostrar al mundo de manera constante. El caso es que no se lo quitan ni para dormir (como Barney Stinson sus trajes).

Siempre a la moda, aunque sea algo diferente a Occidente
Una vez llegadas a la madurez gozarán de algunos años de libertad creativa, aunque muchas optarán por looks sencillos y elegantes (claro que las que van de estrafalarias no tienen rival), otras probarán con un estilo “lolita” y siempre estarán las ejecutivas (que empiezan a abundar, cosa que me parece fenomenal, aunque desconozco si realmente ocuparán cargos de altura en una sociedad todavía masculina) que van todas igual, una vez más.

Un kimono se lleva con todo el kit, no de cualquier manera


 El rango de edad se completa con las señoras de edad avanzada. Si bien normalmente lucirán ropas normales (todo lo normales que nos parecen las prendas típicas de las abuelas del mundo, que ya es decir) y relativamente diferentes entre sí, existe un número importante de mujeres que mantienen las tradiciones perdidas tras la postguerra mundial (nosotros tuvimos postguerra, pero es que lo de “mundial” da un empaque que no veas), por lo que saldrán a hacer sus labores de diario con la vestimenta tradicional, colorida (estas prendas las pueden llevar a cualquier edad pero son las señoras las que lo visten con más asiduidad).




Y aquí concluyo el post de hoy. Diferenciando entre yukata y kimono, que aunque se parezcan enormemente, difieren  en varios puntos que es importante explicar. El kimono es mucho más complejo y pesado, tanto para ponérselo (requiere de ayuda, en ocasiones de un grupo de personas), como para “cargar con él”. Es, también, infinitamente más caro, aunque el yukata tampoco será barato que digamos. Los materiales y el trabajo de realización no son los mismos, siendo el yukata más ligero (originalmente era un pijama que ha ido ganando importancia). Por su parte, antiguamente el kimono se utilizaba a diario, pero ahora está reservado para celebraciones especiales, pese a que ambos sean elegantes (algo así como la diferencia entre un traje y un frac o un chaqué).

Kimono y yukata, respectivamente. Parecidos pero no iguales
Prometí hablar del cosplay, los disfraces y demás. Me retracto arrepentido, pero es que este domingo visito Akihabara, probablemente el lugar más freak de la tierra, con el mayor índice de manga, anime, tiendas de tecnología y gente disfrazada (como una Comic on pero al aire libre) por metro cuadrado que existe, así que me guardo el tema hasta tener el trabajo de campo realizado. La semana que viene daré la réplica masculina y en un par de semanas me centraré en los disfraces, que para eso está Halloween recién pasado. Si no, me salía el post demasiado largo y no es plan de amargar al gentío…
Fácil, sencillo y para toda la famila