Una sección
obligada y recurrente en el blog (no podemos evitar hacer comparaciones cuando estamos en otro lugar, somos como somos), es la que afecta a los objetos corrientes en nuestra tierra a los que se les confiere
un uso diferente o alguna particularidad en otra. Sección ya iniciada hace poco más de un mes, la retomo ahora y
prometo seguir con ella, aunque de manera discontinua.
Parece sencillo robar un banco de esta guisa... |
Máscaras: un altísimo porcentaje de japoneses las usa constantemente, ya sea para evitar contagiarse o para no contagiar a los demás, si ya es demasiado tarde. En otoño y primavera se pueden ver en un altísimo porcentaje (hablo de un 25% de la gente usándolas por la calle o en lugares públicos), en verano disminuye un poco (un 10%) y en invierno puede alcanzar a un tercio de la población, que se dice pronto.
Hay numerosos
diseños, desde la más básica hasta una en la que el dueño parece Bane, el malo
de Batman, aunque todas suelen ser blancas y sin florituras. Al fin y al cabo
es algo funcional...
Paraguas: Japón tiene una
estación lluviosa durante el mes de junio. En este periodo la humedad crece
exponencialmente, mientras que en otoño, al contrario que en otras latitudes,
el ambiente se reseca una barbaridad. Pese a ello, a Zipango le amenazan tifones y otros fenómenos acompañados de agua constante.
A Ted Mosby le iba a durar poco el misterio con paraguas como estos |
Para salir de casa cuando llueve conviene llevar paraguas, como en todas partes, si bien, estos suelen ser de vinilo/plástico transparente, tanto para ellos como para ellas, mientras que los de otros materiales, más opacos, son usados a modo de parasol en verano por las féminas, que cuidan su piel clara hasta la extenuación.
Coches: rematadamente distintos. Dicen que los coches americanos son más grandes. Pues los coches japoneses son más altos, estrechos y de formas angulosas (mientras que las marcas occidentales buscan formas redondeadas en sus diseños, las marcas niponas, al menos en aquellos modelos que se fabrican sólo para Japón, buscan entran mejor en todas partes).
He de decir que no todos son así, los hay más “normales”, pero de coches hablaré más adelante en un monográfico.
Tragaperras: en Japón no hay
bares como entendemos en España o pubs como en Inglaterra. Hay sitios para
comer y muchos, más baratos o más caros, pero ninguno cuenta con una tragaperras.
Tienen muchas máquinas, sí. De eso ya hablaré más adelante, pero ninguna con
cerezas, peras y números 7 dando vueltas. En su lugar, poseen enormes
superficies llamadas pachinko (& slot) donde, por lo visto, introducen
bolas metálicas en las susodichas, pudiendo ganar muchísimo dinero (la minoría)
o desplumarse en poco tiempo (lo que suele pasar en todas partes). Abren desde
primera hora de la mañana y cierran tarde. Nunca le faltan visitantes.
Que conste que estoy en contra del juego, pero es necesario mostrarlo.Como
con los coches, prometo hacer un post exclusivo al respecto, porque es un
submundo con mucho, mucho peso en la sociedad nipona, especialmente entre los hombres.
A falta de casinos tradicionales, bueno es un pachinko |
Esto ha sido todo por hoy. Lamento ir con retraso publicando. Enmiendo el error para la semana que viene, prometido.
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