Las colegialas
son uno de los iconos más famosos de Japón. Como el sushi o el manga.
Es realmente difícil buscar en internet colegialas japonesas... |
Hasta donde he leído, el uniforme que llevan consta de varias partes: falda, blusa, chaqueta,
medias, zapatos, que, como en los
infantes, dependerá del color -e incluso el corte- en función del colegio de
procedencia.
Llegados a este punto conviene aclarar un detalle: el cuerpo de
las japonesas es muy estilizado (piernas delgadas y poco pecho, como norma
general, aunque hay excepciones) y lo mantienen sorprendentemente bien hasta
una edad avanzada, así como la cara y el resto de la piel (se cuidan una
barbaridad). Sabedoras de su punto fuerte, lo lucen sin demasiados reparos con
minifaldas y shorts, mientras que apenas se ven vestidos, blusas o camisetas
con escote, ya que, por lo visto, aquello no interesa en exceso.
...y que lleven el uniforme puesto. Así es la Red. |
Volviendo a
las muchachas en cuestión, la mayoría de colegios tienen un canon estandarizado por el cual
la falda irá por encima de la rodilla, pero (esto no es ninguna novedad, ya que
lo hacen allende los mares, incluso lo cantaba Silvio Rodríguez hace unos
cuantos años ya), ellas se encargarán de hacerlas todavía más cortas (sus
trucos tendrán).
En una
sociedad en la que se registran algunas de las perversiones más extremas y
raras (por parte de los hombres, todo hay que decirlo, que están, según he
podido constatar, bastante reprimidos, aunque no pretendo generalizar) y siendo,
según publican numerosos estudios, el lugar del mundo donde menos sexo se
practica, las colegialas son la punta del enorme iceberg (sobre perversiones
sexuales japonesas, si me veo con estómago, hablaré, quizá, en un futuro,
porque son tela marinera, aunque intentaría suavizarlo. ¿Qué?, ¿Qué cómo
conozco estos temas? “No me lo pregunten. Lo que está claro es que ya ha
prescrito…”, que diría el gran Quique San Francisco en uno de sus famosos
monólogos. Ahora en serio, pues leyendo, como se aprenden la mayoría de las
cosas…).
Guapas y estilosas, así son la mayoría de japonesas |
Temas
escabrosos aparte, quizá lo más increíble acerca de estas jovencitas es que
llevan el uniforme a todas horas. Y cuando digo a todas horas es A TODAS HORAS.
Es más difícil ver a una colegiala con ropa de calle que a un político honrado
(bueno, tanto no, pero casi).
Lucen uniforme incluso los días de fiesta ya que,
o bien tienen alguna clase extraescolar, que por lo visto lo requiere
necesariamente (algo inexplicable) o bien lo hacen porque “sienten los colores”,
esto es, están plenamente orgullosas de pertenecer a la institución de turno y lo
tienen que mostrar al mundo de manera constante. El caso es que no se lo quitan
ni para dormir (como Barney Stinson sus trajes).
Siempre a la moda, aunque sea algo diferente a Occidente |
Una vez
llegadas a la madurez gozarán de algunos años de libertad creativa, aunque
muchas optarán por looks sencillos y elegantes (claro que las que van de
estrafalarias no tienen rival), otras probarán con un estilo “lolita” y siempre
estarán las ejecutivas (que empiezan a abundar, cosa que me parece fenomenal, aunque
desconozco si realmente ocuparán cargos de altura en una sociedad todavía masculina)
que van todas igual, una vez más.
Un kimono se lleva con todo el kit, no de cualquier manera |
El rango de edad se completa con las señoras de edad avanzada. Si bien normalmente lucirán ropas normales (todo lo normales que nos parecen las prendas típicas de las abuelas del mundo, que ya es decir) y relativamente diferentes entre sí, existe un número importante de mujeres que mantienen las tradiciones perdidas tras la postguerra mundial (nosotros tuvimos postguerra, pero es que lo de “mundial” da un empaque que no veas), por lo que saldrán a hacer sus labores de diario con la vestimenta tradicional, colorida (estas prendas las pueden llevar a cualquier edad pero son las señoras las que lo visten con más asiduidad).
Y aquí concluyo el post de hoy. Diferenciando entre yukata y kimono, que aunque se parezcan enormemente, difieren en varios puntos que es importante explicar. El kimono es mucho más complejo y pesado, tanto para ponérselo (requiere de ayuda, en ocasiones de un grupo de personas), como para “cargar con él”. Es, también, infinitamente más caro, aunque el yukata tampoco será barato que digamos. Los materiales y el trabajo de realización no son los mismos, siendo el yukata más ligero (originalmente era un pijama que ha ido ganando importancia). Por su parte, antiguamente el kimono se utilizaba a diario, pero ahora está reservado para celebraciones especiales, pese a que ambos sean elegantes (algo así como la diferencia entre un traje y un frac o un chaqué).
Kimono y yukata, respectivamente. Parecidos pero no iguales |
Prometí hablar
del cosplay, los disfraces y demás. Me retracto arrepentido, pero es que este
domingo visito Akihabara, probablemente el lugar más freak de la tierra, con el
mayor índice de manga, anime, tiendas de tecnología y gente disfrazada (como
una Comic on pero al aire libre) por metro cuadrado que existe, así que me
guardo el tema hasta tener el trabajo de campo realizado. La semana que viene
daré la réplica masculina y en un par de semanas me centraré en los disfraces,
que para eso está Halloween recién pasado. Si no, me salía el post demasiado
largo y no es plan de amargar al gentío…
Fácil, sencillo y para toda la famila |
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