sábado, 26 de abril de 2014

Versión (baajon, バージョン)

No es la primera vez que veo a un japonés contemplando horrorizado la versión traducida de los animes que disfrutó en su niñez, del mismo modo que nosotros hicimos, en mayor o menor medida, en la nuestra.

Es una experiencia divertida, muy freak y un tanto extraña, pero merece la pena contrastar ambas. En futuras ediciones hablaré de todos y cada uno de los mangas en cuestión, sus curiosidades y anécdotas, que no son pocas, la verdad, pero hoy únicamente hay que centrarse en la musiquilla de entrada.

Comenzamos con Dragon Ball, el anime por antonomasia, al que seguirán otros famosos como los Caballeros del Zodiaco, Lupin III, Ranma 1/2, Sailor Moon, Oliver y Benji o más recientemente One Piece, entre una extensísima lista, siendo la primera la original y la segunda nuestra versión patria. 

No me considero un defensor del J-Pop precisamente, pero las versiones españolas, en ocasiones y pese a formar parte del bagaje televisivo-cultural (dos palabras quizá contrapuestas hoy día, especialmente sintonizando Telecinco, que, por otra parte e irónicamente, acogió a un buen número de éstos animes en una época anterior) de cada uno, dan un poco de grima.

De Dragon Ball, la antigua canción (en España interpretada por Barón Rojo, nada menos, muy al estilo nipón al contratar a un grupo con cierto renombre):



y la más "nueva", que ya tiene sus añitos:



De Lupin (como se puede ver, tampoco era necesario traducirla, al ser instrumental, pero ese "va con Óscar -sí, Óscar, un samurai de los que ya no quedan-, y con Francis, genios de la profesión", no tiene precio):



Saint Seiya se renombró en España como "Caballeros del Zodiaco" que nada que ver, aunque lo de las constelaciones tuviera su cabida. No obstante, en la versión española, a los muchachos les pareció interesante ponerse a alargar cada letra "a" que encontraran



Y si Saint Seiya se tradujo de mala manera, Captain Tsubasa fue el cachondeo padre, con un título diferente en cada país, desde Supercampeones, que no está del todo mal, hasta Olive et Tom en Francia o Oliver y Benji en España (traumático para los niños, que, alerta SPOILERS, veían como Tom y Benji, respectivamente, aparecían menos que la portería contraria al empezar una contra). Eso sí, la canción española fue un éxito y su "Hay que marcar otro gol" lo coreaban incluso las niñas, que tiene bastante mérito para la época. También, y todo hay que decirlo, el que montó las imágenes para la intro española era más vago que la chaqueta de un guardia retirado, porque en el tiempo que dura la intro, se repiten más que los ajetes tiernos.


Intros más parecidas son las de Ranma 1/2 (si esperábamos saber que pasó con Lupin I y Lupin II, algo parecido nos pasó con Ranma 2/2), serie que por otra parte rompió muchos moldes y cuya sintonía nos dejó aquel lapidario "La vida es dura, hay que pelear"...


O Sailor Moon, que era para chicas, pero no pocos chicos la vieron también (y es que a esas edades tiraban más los trajes de colegiala que dos carretas, perdón, el argumento



Para acabar y como lo prometido es deuda, el anime que va camino de ser el más longevo de todos, One Piece, con una recopilación de algua de sus intros, desde la primera hasta la cuarta, el caso de la española,
o hasta la decimosexta, en la japonesa.




Soy plenamente consciente de la falta de series célebres como Naruto o Shinchan, pero esto es un post que da para lo que da. En próximas ediciones, más.

sábado, 19 de abril de 2014

Boda sintoísta (shinjen shiki, しんぜんしき ,神前式)



Casarse es una experiencia inolvidable (normalmente para bien, aunque de todo hay). Sea en la religión, culto, creencia que sea, las fastos relacionados con esta unión suelen estar plagados de pompa y artificio y, en este sentido, Japón tampoco se va a quedar atrás. 

La gente se casa en el país del sol naciente de varias maneras. En los últimos años, por ejemplo, se está imponiendo entre los jóvenes la moda de casarse por lo civil (yendo un día al registro con la pareja, haciendo los papeles correspondientes y pista, ya está uno casado) y pasado un tiempo, que puede variar enormemente, desde pocas semanas hasta un año o incluso más, hacer una ceremonia en la que invitar a familiares y amigos, normalmente debido al dinero (organizar una boda es muy, muy caro y los establecimientos se suelen aprovechar de un momento único para clavarte hasta en el DNI, como en todas partes: aquí no hay diferencia), por lo que los amantes esposos esperarán un tiempo para acometer un gasto como ese, con o sin ayuda paterna.

La celebración se divide en dos momentos clave: la ceremonia, que puede ser celebrada por el rito budista, sintoísta, cristiano (en ocasiones las capillas de Japón ceden el lugar -supongo que a cambio de un sustancial peculio, ya que si no, no entiendo nada- aunque los novios no estén bautizados, ni hayan oído hablar de San Pedro y compañía en su vida) y la comida, o cena, de nuevo como en cualquier otro sitio.



En primer lugar cabe destacar que en las bodas niponas está todo atado y bien atado: hay un estricto orden según el cual se debe actuar en todo momento. Si el espacio suele ser muy cotizado en un país con una densidad de población alta, el tiempo no lo es menos. Otra cosa que puede llamar la atención en España, donde los novios (especialmente ella) son los protagonistas, es que en Japón la boda se destina a los invitados -un concepto más próximo en este sentido al teatro, donde lo importante es que el público salga contento, por lo que los actores tendrán que trabajárselo-. En algunas ceremonias puede darse la circunstancia de haber gente más importante que otra -un jefe o director de empresa, por ejemplo, que ocupará un lugar más destacado, ya que este tipo de ritos suelen seguirse de manera estricta-. Por último, mientras que en España los padres de los novios se sientan con ellos en la “mesa presidencial”, teniendo los padrinos especialmente un papel relevante, los nipones colocan a sus padres al fondo, para dejar que sean los demás quienes disfruten.

La ceremonia, si es sintoísta estará oficiada normalmente por tres personas, un sacerdote y dos ayudantes (miko), con varios momentos destacados, como la plegaria del monje, la promesa de la pareja, la ofrenda y el sake (el tres es el número por excelencia en estos rituales, con tres cuencos de diferente tamaño a los cuales los novios les dan tres tragos alternamente, repitiendo la operación con cada uno de ellos). La vestimenta constará de kimono negro para los hombres y blanco para las mujeres, con su wataboshi a juego -un gorro o capucha, que constituye el elemento más llamativo sin duda alguna-.

Aunque la religión no se sigue fervientemente en la mayoría de casos, si se dan muchos elementos en los que las creencias y la tradición tienen un peso particularmente importante.  Por ejemplo, el dinero que se entrega como regalo a los novios siempre tiene que ser nuevo y en número de billetes impar, para que resulte indivisible (de lo contrario se podría interpretar como una invitación a la desunión y, como ya he afirmado otras semanas, son gente que cuida los detalles al máximo), con unas cifras más o menos estandarizadas (30000, 50000, 70000 yenes suele ser lo normal, dependiendo de la relación de amistad o familiar y el poder adquisitivo de cada uno), en unos sobres también específicos.

El retrato de familia se cuida al milímetro (literalmente, siendo los fotógrafos extremadamente perfeccionistas, ya que se trata de una foto para la posteridad), algo que suele sorprender y mucho a los extranjeros, que en muchos casos abogan por una cierta naturalidad en detrimento del hieratismo.

El banquete por su parte es una sucesión de discursos de los amigos íntimos o personajes respetados o importantes para dicha unión, entre plato y plato, algún brindis que otro así como un momento para cortar la tarta -hasta aquí todo normal- aderezado con un cambio de vestuario por parte de los novios -permanecer con el kimono ceremonial durante bastante tiempo es francamente duro- a uno más “europeo”. Como detalle, los novios ofrecen varios presentes a los asistentes, entre los que no faltan los dulces y, como novedad, un catálogo -los centros comerciales los ofertan de diferentes rangos de precio-para elegir un regalo de vuelta, dando la oportunidad a los presentes de elegir el que más se ajuste a sus necesidades , con un amplio margen de tiempo.

Tras esta sucesión de acontecimientos, sólo queda tomar algo al grito de ¡¡Kanpai!!

sábado, 12 de abril de 2014

Festival del falo de metal (kanamara matsuri, かなまらまつり, かなまら祭り)



Antes de comenzar el post semanal me gustaría aclarar que no pretendo herir la sensibilidad de nadie. Solamente ilustraré una faceta de la vida en Japón, como hago todas las semanas, con algo de sentido del humor pero ninguna intención de molestar al prójimo. Dicho esto, a buen entendedor pocas palabras bastan.

El evento congrega a auténticas multitudes
De todos los festivales (entendido el término como un evento alegre y multitudinario, no necesariamente con la connotación musical con la que se ha generalizado en España y otros lugares) que acontecen cada año en Japón, uno de los más sorprendentes, divertidos y extraños con mucha diferencia sobre sus inmediatos competidores como el también célebre Konaki Sumo (que básicamente consiste en que luchadores de sumo profesionales hagan llorar a bebés, con su explicación pertinente) es el Kanamara Matsuri o Adoración al pene de metal, una celebración de corte sintoísta de protección, fertilidad y salud.

¡Qué cachondo!... y nunca mejor dicho

El icónico órgano viril masculino -no voy a entrar en valoraciones, al menos de tamaño-, con un color rosa que llega a hacer daño a la vista, es el rey y protagonista de este acontecimiento que se celebra en varios puntos de la geografía nipona, pero que es especialmente famoso en la zona de Kawasaki, a medio camino entre Tokio y Yokohama a comienzos de abril, durante la Sakura.

No es que sea nada nuevo. Es sencillamente un canto a la fertilidad como otras culturas clásicas y milenarias han venido haciendo desde que el mundo es mundo y lo pueblan los humanos, pero en Japón este hecho llama especialmente la atención, si tenemos en cuenta que las muestras de afecto en público no son de buen recibo (por educación, no por motivos religiosos) y en los desnudos integrales, sea cual sea la situación, siempre se pixelan los órganos reproductores, incluso en la industria pornográfica (algo que también puede llamar la atención en Occidente).

Una golosina como otra cualquiera. Ojo con las caries

Lo he comentado hasta la saciedad en otros posts, a los japoneses se les dan bien muchas cosas, pero si hay que citar una característica verdaderamente rentable es que saben hacer negocio de prácticamente todo -así va su economía- y junto a la procesión del badajo en cuestión, como si de un paso de Semana Santa se tratara (sin ánimo de herir susceptibilidades con la analogía: sencillamente, el funcionamiento es idéntico, con sus “costaleros” y todo), aparecen como por arte de magia y únicamente para la ocasión, multitud de puestos que en pocas horas venden todo tipo de artículos relacionados, como golosinas, disfraces varios y artículos decorativos (a efectos visuales parece una despedida de soltera occidental que se ha ido de las manos, salvo que aquí participa todo el mundo sin importar sexo, raza o religión).

Hay que tenerlos para salir de esta guisa
Pasado el día, la gente que llevaba disfraces realmente llamativos (algunos y algunas portan un bálano en la cabeza a modo de casco, pareciendo más un tiburón martillo que lo que pretenden parecer) vuelve a su vida cotidiana y nadie vuelve a dar muestras ostensibles de sexualidad hasta el año siguiente en el que se repite de nuevo el mismo hito.

sábado, 5 de abril de 2014

Cerezos en flor (sakura no hana, さくらのはな, 桜の花)



La flor del cerezo, gran protagonista
Uno de los eventos por los que es mundialmente conocido Japón es la Sakura, momento en que los cerezos se encuentran en flor, conformando arboledas de gran exuberancia por el día y algo inquietantes pero de gran belleza por la noche.
Es un acontecimiento esperado ya que, en esencia, marca el comienzo de la primavera. Otros árboles y plantas florecen antes, como el ume, más pequeño que el cerezo aunque con grandes similitudes y unas flores algo más rosadas pero igualmente, aunque el espectáculo es altamente recomendable también. Los citados árboles tienen
un fruto muy similar a las ciruelas, que se vende en

Desde el blanco más puro...
 forma de encurtido, y que, como es natural, presenta un sabor extremadamente amargo, que vuelve locos a los japoneses y echa para atrás a los forasteros -algo similar pasa con el nato que suelen desayunar-.

Durante el florecimiento de los cerezos hay dos etapas: la primera en el momento en el que las flores cubren todas las ramas y la segunda, aproximadamente una semana más tarde (diez días a lo sumo), cuando todas esas flores se han ido depositando en el suelo formando una especie de manto blanco o rosado.

...al rosa, toda la gama es posible
El hanami (literalmente contemplar o mirar las flores) es un acontecimiento que tiene lugar a lo largo de todo Japón durante la sakura especialmente. Fruto de muchos años de tradición y respeto a la naturaleza, conciben esta observación como un bello espectáculo (aunque también siendo conscientes de lo efímero de las cosas, perfectamente representado por las flores). Tanto es así que, pese al ritmo frenético de trabajo que suelen llevar los nipones, quien más quien menos se toma un pequeño descanso para ir con los amigos o los compañeros de trabajo a reposar, comer, beber, preferiblemente sake -lo que se entiende en cualquier otra región como un picnic- y divertirse (desde karaoke hasta espectáculos más elaborados).

Los japoneses se divierten a la sombra de los cerezos...
Por la noche, la fiesta se mantiene gracias a los farolillos o yozakura, que iluminan los cerezos si bien otorgándoles un aspecto cargado de melancolía. 

El atractivo que posee es tal -unido a la profesionalidad de los nipones, que están en todo y siempre al detalle-, que cada año elaboran un mapa detallado, cual predicción meteorológica, del florecimiento de los cerezos en función del punto geográfico (comenzando en la región más meridional que poseen -Okinawa- y finalizando en la más septentrional -Hokkaido-). 

...o a la luz de los candiles
Dado que el país es sumamente alargado, la diferencia entre una zona y otra puede llegar a ser de más de un mes. La predicción, por su parte, es sumamente precisa.
Los diferentes tipos de cerezos florecen con infinidad de tonalidades, que van desde el blanco más puro hasta el rosa (como si de un cuadro de Sorolla se tratara), generando composiciones tan destacadas como las conseguidas en el castillo Himeji en Hyougo o el Santuario Heian de Kioto o lugares exclusivos como la arboleda del Jardín Sankeien en Yokohama.