Si hay una Yuru-kyara famosa, esa es Funassyi |
¿Quién iba
dentro de Espinete (un erizo rosa de dos metros y pico)? ¿Qué era don Pimpón?.
Un búho, dicen algunos. Antes de empezar a defender la creatividad de los
dibujos y series de los 80, donde destacaban el Barrio Sésamo patrio y la Bruja
Avería con su Bola de Cristal, como punta de lanza de una generación
irrepetible, lo cierto es que fue la época de la heroína y no la mujer que hace
heroicidades precisamente. Una época en la que se decían cosas como “Que no te
enteras, contreras” y Almodóvar tenía un grupo pseudopunk de la Movida
madrileña O el grandísimo y malogrado Tino Casal componía una canción titulada
“Champú de huevo” (Olé sus huevos toreros).
El caso es
que dentro de Espinete había una mujer (casada con Chema el panadero en la vida
real, para más señas) y dentro de Don Pimpón su legítimo creador, nada menos. A
lo Juan Palomo en versión mascota. Y es que el mundo de los muñecos de felpa
para adultos es, como su propio nombre indica, un mundo. Existe incluso una
parafilia al respecto (allá cada uno con sus gustos) denominada plushofilia -he
mirado en Wikipedia para cerciorarme, en la página de parafilias y todavía
estoy en shock con algunas de las ideas de excitación que tiene la gente y no
soy precisamente mojigato-.
Una pequeña muestra de las Yuru-kyara de Japón |
Las
Yuru-kyara, que así se llaman (Yuru de yurui -amateur, como cantaran los
mexicanos Molotov parodiando el Rock me Amadeus de los 90- y kyara, término
inglés character traducido fonéticamente al japonés: personaje) son mascotas
representativas de cada región del país del sol naciente, por medio de los
símbolos más destacados de cada lugar.
La mascota de Hokkaido, Melon kuma , no muy kawaii |
¿Que en Hokkaido los melones y los osos son lo principal y más conocido?, pues un oso-melón y se ahorran horas, días llegado el caso, de brainstorming. Y así con todas.
El resultado
es un ejército de muñecos oficiales y no oficiales a los que se les ordena
bailar, cantar y se les hacen un sinfín de perrerías en los programas de
televisión, se les parodia y plagia en infinidad de ocasiones, se les dan
pequeños papeles cómicos en algún otro espacio (no están confeccionados para
tragedias griegas, eso está claro), son protagonistas de videojuegos propios y corales y, mientras que en cualquier otro lugar se
convertirían en moda pasajera, desapareciendo tan pronto como surgieron, en
Japón se mantienen y envejecen con bastante dignidad, manteniéndose durante
años en los principales puestos de la cultura Pop, decorando mochilas,
estuches, carpetas, sudaderas y todo soporte que sirva para lucirlos.
El origen de todo: Hykonyan |
Si en los
últimos quince años ha habido una tendencia creciente en Japón, aunque no sea
la única, ni mucho menos, esa ha sido la de confeccionar personajes. El origen,
pues todo y todos tenemos uno, radica en el gato samurái conocido como
Hykonyan. Pero de cada mascota en concreto (de las más populares, puesto que no
hay post que soporte, al menos por longitud hablar de todas ellas), como ya he
comentado, se hablará la próxima semana.
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