sábado, 6 de septiembre de 2014

Visitando Tokio: Ginza (ginza, ぎんざ, 銀座)


Edificios que maravillan al espectador
La que fuera ciudad más cara del año 2012, Tokio, cuenta entre sus barrios con algunas de las calles, avenidas y distritos de compras más famosas de Asia y por ende, del mundo entero.
Tiempo habrá para hablar de la avenida Omotesandō, más adelante, en otra ocasión, con motivo de la edición de visitando Tokio: Harajuku (próximamente, en las mejores pantallas, en las de sus móviles, tablets o pcs, si les apetece leerlo). Toca hablar de Ginza.

En el selecto grupo de calles comerciales más caras del mundo entre las que se encuentran, entre otras, la muniquesa Kaufingerstrasse, la vienesa Kohlmarkt, la parisina Avenida de los Campos Elíseos o la neoyorquina Quinta Avenida se mueve como carpa en el agua el distrito de Ginza, un lugar para ver y si se tiene dinero, pero dinero de verdad, no del monopoly, comprar muchas cosas de calidad, aunque eso sí, obviamente nada baratas.

Resulta irónico que este distrito tan poderoso enmarcado en pleno centro de la capital fuera apenas unas centurias atrás poco más que un cenagal, hasta que los Tokugawa hicieron su aparición en las altas esferas niponas y cambiaron esto y otras muchas cosas, pero de historia hablaré también más pronto que tarde, aunque no será hoy.

Altos, estrechos y modernos...
En japonés kin significa oro y gin (el kanji es una variación del anterior y el sonido extremadamente similar). Ginza no es más que la transliteración de gin, plata y za, lugar de asentamiento: para que nos entendamos, el lugar en el que descansa la plata. En dicho barrio se construyó la casa de la moneda, por lo que el nombre parece correcto, pero hay que reconocer que dada la evolución actual, tenía además algo de premonitorio, ya que se mueve mucha guita en esos garitos.

Todas las tiendas poseen fachadas dignas de ver, edificios estrechos en la mayoría de casos (el metro cuadrado tiene que salir por un ojo de la cara y la niña del otro) pero de bella factura y diseños perfectos, con rótulos llamativos y escaparates que invitan a entrar, hasta que se dan cuenta de que no puedes pagar lo que venden y entonces son los propios dependientes los que amablemente te invitan a salir (es un juego de palabras nada más, no suelen echar a nadie, de eso se encargan los propios precios).

... o clásicos y horizontales, pero de gran lujo
Es un barrio con una importante afluencia de turismo internacional, muy cosmopolita, donde se congregan las grandes marcas de ropa, joyería, tecnología y similares -marcas sobradamente conocidas around the world, a las que no haré propaganda alguna aquí ya que no es mi interés y tampoco lo necesitan-, tanto nacionales como extranjeras, pero dicho distrito tiene otras características, aunque menores comparadas con la razón principal ampliamente citada.

En primer lugar, como mera anécdota, si uno quiere aparecer en alguna televisión japonesa, tanto en Ginza, como en Shibuya es donde puede hacerlo. No es corriente que dichas emisoras “asalten” a los turistas, sino que se suelen centrar en la gente de la tierra, pero se han dado casos en los que hacen un programa sobre algún colectivo y buscan “apariciones estelares”. Se podría decir que carecen de originalidad al elegir estos dos puntos de la ciudad casi exclusivamente pero van sobre seguro y raramente fallan. Es realmente extraño dar un largo paseo por Ginza y no encontrar una, dos o más unidades móviles de televisiones nacionales realizando entrevistas para los programas nocturnos.

La gente regresa a casa con la bolsa llena y el bolsillo vacío




Los restaurantes están en concordancia con las tiendas: de enorme calidad y reconocimiento mundial pero únicamente al alcance de los más potentados. No en vano, Tokio es la ciudad con más restaurantes con tres estrellas Michelín del mundo y Ginza uno de los distritos que mejor encarna este espíritu del lujo y el confort.
Su localización y su cercanía con Tokio central (se puede llegar andando sin demasiado esfuerzo desde allí, en metro está a una o dos paradas, dependiendo de si se quiere salir por un extremo o por otro) es su punto innegablemente fuerte. 

Quizá no sean los dos destinos preferidos por el gran volumen de turistas, especialmente, como ya comenté en su momento, si la visita a Japón es más bien exprés, pero el hecho de estar tan cerca el uno del otro hacen que gane puntos con respecto a otros barrios más alejados como Akihabara o Ueno, pese a ser igualmente interesantes.

Un último hecho particularmente llamativo es que la estética del barrio entero está perfectamente cuidada y, si bien en muchos lugares de Japón, incluidos determinados puntos de la capital, el cableados está a la vista y puede resultar molesto y poco estético, como en algunas otras regiones a lo largo del mundo, en Ginza son completamente inaceptables y sus farolas y semáforos son, como el barrio entero de diseño sencillo, sobrio pero elegante.

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