sábado, 13 de septiembre de 2014

Sellos (inkan / hanko, いんかん / はんこ ,印鑑 / 判子)



Inkan al por mayor
Si hay algo en común entre la filmografía de los Coppola (Francis Ford y Sofía) y los japoneses es que la familia es lo primero y con ella el apellido que los representa. El primero, lo demostró con la trilogía de El Padrino y sus Corleone. La segunda, sin ir más lejos, en su Opera Prima -Las vírgenes suicidas- con los disfuncionales Lisbon. Al fin y al cabo, ellos son padre e hija, que no deja de ser una familia, a falta de algún otro hermano, de madre y de perrito que les ladre.

No es que los nipones sean excepcionales en este aspecto, ya que en todas partes cuecen habas, como dice el dicho pese a que sean más de arroz, sino que el apellido los representa mucho más allá de lo que lo hace con el resto de gente en otros lugares del mundo.

En primer lugar, la mujer, al contraer matrimonio con el marido, adopta su apellido como suyo, al igual que en el mundo anglosajón y otros pero a diferencia del nuestro.

El mismo hanko según la caligrafía. Un auténtico mundo
En segundo lugar por el hanko, también conocido como inkan o sello (no sello postal, eso es otra cosa, lo siento si algún filatélico buscaba un forum de debate), que utilizan para firmar todos los documentos legales, contratos de trabajo, abrir una cuenta en un banco, pagar cheques e incluso para enviar y recibir paquetería o cartas certificadas. Sin él, no se puede hacer una vida plena en Japón, ya que toda esta burocracia es necesaria para vivir, por muy horrible que sea (siempre lo es). Funciona a todos los efectos a modo de firma del titular.

Tampoco es un descubrimiento al alcance de los más osados. Sellos se utilizan por todo el mundo, desde las bibliotecas para prestar un libro hasta los (H)ay-untamientos para cualquier formalidad y así un largo y extenso etcétera que las administraciones se encargan de hacer cada día más y más numeroso, como sistema de seguridad, organización o para pasar el rato.

Cualquier persona en Japón, cuando llega a la madurez, ha de tener al menos dos tipos de hanko de entre los 4 que suele haber:

Una caja de calidad para un inkan de calidad
Jitsuin: el hanko oficial. De esta modalidad no se permite hacer dos copias iguales (normalmente de ninguno, pero más estrictamente aquí) y ha de registrarse en el Ayuntamiento. La mayoría de los japoneses lo guardan bajo llave (en la caja fuerte o similares)  o lo tienen en un lugar escondido y seguro, debido a la importancia y trascendencia del mismo. Ni que decir tiene la inconveniencia de dejarlo al alcance de cualquier desaprensivo, que aunque pocos, también tienen en Japón. 
Mientras que los demás se guardan en una sencilla caja de plástico o incluso sin ella, el jitsuin suele introducirse en cajas especializadas, acordes al mismo e incluso un pequeño monedero en el que acoger a su vez todo el kit anterior. A efectos, la funcionalidad es exactamente idéntica: salvaguardar el inkan y proporcionarle tinta cuando la necesite, pero con más pompa, con mayor ornato. Pese al talante nipón caracterizado por la firmitas, en este caso la venustas se impone ante la utilitas, aunque sin dejarla de lado. Si Platón, Anaximandro, Aristóteles y Vitrubio todos juntos levantaran la cabeza, se darían con la tapa seguro, o lo que quede de tapa y de cabeza de cada uno, que será más bien poco… 

Ginkōin: como su propio nombre indica, aunque a simple vista no lo parezca para el que no entienda de japonés -fíese, que tengo estudios. ¿Acaso no ha visto la referencia a los clásicos del párrafo anterior ni los latinajos?. Esas cosas no las enseñan en la ESO...-, es el hanko idóneo para usar en los bancos. Cualquier solicitud que requiera una firma será propicia para usarlo, desde una solicitud de tarjeta hasta el pago de una casa.

Sanmonbani: modelo de hanko empleado en las oficinas y otros empleos especialmente cuando son del sector servicios. En esta modalidad, se establece una diferenciación de tamaño en función del sexo (el del hombre será algo mayor) o de rango (el del empleado será más pequeño que el de su jefe y así sucesivamente, en caso de haber cargos intermedios). Puede ser ovalado y no redondo, aunque no es lo habitual.

Los Shachihata o Mitomein traen la tinta incluida
Shachihata: habitualmente, los inkan (hanko) poseen un pequeño depósito de tinta con una almohadilla, para mojar únicamente cuando sea estrictamente necesario (vamos, como cuando está uno casado). Los shachihata, por el contrario, vienen con la tinta ya incluida, por lo que únicamente al contacto con la superficie (papel, lienzo…), el sello quedará impreso con facilidad. Se trata de un hanko “de andar por casa” y nunca mejor dicho, que se usa en caso de tener que firmar un recibo o similares, aunque suelen están admitidos igualmente los anteriores (básicamente porque es más sencillo). Son muy baratos (se venden en los Todo a 100, que en Japón siguen haciendo honor a tal nombre -Todo a 100 yenes, más impuestos-). También se denominan Mitomein.

Gagoin: el hanko utilizado por los artistas. En muchos casos, además del sello propiamente dicho, acompañan su “firma” con una pequeña frase, cita o nota informativa. El negro de la tinta para escribir y el rojo de la tinta del inkan otorgan a la creación un carácter sobrio pero elegante.

La inscripción suele ser en kanji, salvo que se trate de extranjeros, en cuyo caso, como es común, se usará el katakana -otro de los sistemas de escritura, de los tres que se manejan indistintamente en Japón, usualmente destinado a palabras de origen externo, anglicismos, etc.-.

Ejemplos de hanko cuadrado positivo/negativo
En cuanto a la forma, lo normal es que sea circular, si bien existen hanko ovalados, rectangulares o cuadrados. Estos dos últimos suelen usarlos desde hace muchos años los artistas para firmar sus obras (los ya mencionados gagoin, aunque también pueden ser circulares), tanto los pintores como los calígrafos, ya que esta disciplina está considerada como un arte elevado y respetable en Japón. De igual manera, lo frecuente es que la marca que deja el inkan sea el círculo y las letras en cuestión, con un grosor de apenas un milímetro de ancho, pero no es difícil encontrarlos “al negativo”, con la tinta cubriendo todo el espacio y el color blanco reservado para las grafías. Una vez más, dicha variedad suele ser utilizada casi exclusivamente por los artistas.

Un par de consideraciones finales:

Varios modelos de hanko, unos con kanji, otros con dibujo
La tinta suele ser roja siempre. Es un formalismo. He preguntado a varios japoneses y tratado de indagar un poco más en este aspecto y me he encontrado con un muro. Al menos con los que yo he tenido contacto no han sido capaces de responderme. No obstante, si alguien sabe por qué absolutamente siempre es de color rojo, estaré agradecido si me facilita tal información. El color es muy especial, llamado shūniku (rojo carne), no es un rojo cualquiera y no se admite otra tonalidad. Bien es cierto que existen algunos de tinta negra, pero son verdaderamente extraños y, hasta donde alcanza mi conocimiento, no son aceptados como válidos para la mayoría de procedimientos, por lo que su utilidad es más bien reducida. Hay otros con decoraciones florales o símbolos familiares -algo parecido a la heráldica europea-, pero de nuevo suelen ser meramente decorativos. Probablemente tuvieron gran utilidad en el pasado, pero han quedado relegados en favor de los más modernos.

La mayoría de gente tiene un par de entre todos los tipos de hanko, normalmente el Jitsuin y otro -habitualmente el ginkōin, ya que puede funcionar sin problema también como el Shachihata aunque más engorroso al tener que mojar el cuño en el pequeño tintero cada vez-. Es poco común poseer todos los tipos, aunque no demasiado infrecuente.

Cada vez más a menudo, se está imponiendo la tradición occidental moderna (ya que en la antigua, también se utilizaban sellos, pero con lacre, en Europa) de firmar los documentos a mano, con una rúbrica personal, aunque en la mayoría de establecimientos y especialmente en las Administraciones Públicas sigue siendo obligatorio pasar por el aro y hacerse un sello personal. La explicación es muy sencilla, es más cómodo firmar que llevar todos los inkan a cuestas para cada ocasión y no se puede olvidar la firma mientras que los inkan sí, con el consiguiente sobreesfuerzo que conlleva.

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