sábado, 23 de agosto de 2014

Máquinas de juego de cartas (geemu kaado mashin, ゲームカードマシン)

Dragon Ball siempre tendrá fans en Japón
Decir que los japoneses son pioneros en el mundo de la tecnología es una perogrullada al alcance de cualquiera con dos dedos de frente. Afirmar que sin ellos nuestra vida sería muy diferente es una consecuencia lógica derivada de nuestra tanto útil como odiosa, bendita y maldita a partes iguales, dependencia digital.

A ellos les debemos, sin ir más lejos, un buen número de videojuegos, consolas y prácticamente el concepto de salones recreativos modernos (que no los Arcades antiguos). Varias generaciones han crecido ya jugando a muchos de sus juegos, con muchas de sus plataformas.

Bien es cierto que gran parte de esta labor le corresponde a Shigeru Miyamoto, del que prometo hacer un monográfico en una edición futura, creador de Super Mario, Donkey Kong, The legend of Zelda, Star Fox y otros tantos. Parece frívola la afirmación siguiente, pero su contribución a la humanidad no es ninguna tontería, dada la repercusión de sus personajes en la mentalidad colectiva. Pocos son hoy los que en el mundo civilizado no conocen al fontanero saltarín, al mono encorbatado o al elfo aventurero.

Máquina Pokemon, fácilmente reconocible
En Japón las máquinas recreativas siguen teniendo mucho peso. Los adolescentes y no tan adolescentes siguen acudiendo en masa a divertirse con los últimos juegos del mercado a cambio de unos yenes. De nuevo, sobre este tema, hablaré más pronto que tarde, pero no hoy, ya que quiero centrarme en unas máquinas particulares que, irónicamente, suelen estar en otra ubicación, en los centros comerciales y otras grandes superficies.

 Los japoneses, especialmente los jóvenes, han sabido aunar dos de sus grandes pasiones, los videojuegos y los coleccionables de sus personajes favoritos del manga. Desde los cromos -usando el anglicismo cards, o más sencillamente cartas, referido a los que son de cartón, que no tienen pegamento por la parte de detrás-, pasando por fichas de plástico -algo similar a los tazos que otrora se pusieron de moda- y otros de diversa ralea.

Utilizan las susodichas cartas y demás como un juego de rol interactivo: éstas, se colocan en las máquinas, que están provistas de un espacio que funciona a modo de lector permitiendo al jugador utilizar aquellas que posea a conveniencia para ganar, tanto dentro del juego como fuera, ya que el mismo ofrece recompensas: a saber, otras más difíciles de conseguir. 

Las máquinas son realmente parecidas entre sí
Naturalmente para jugar es necesario, además de poseer las cards u otros, pagar la partida, como en el resto de recreativas, lo que conlleva un doble desembolso, algo menos asumible para muchos (algunas colecciones actuales superan las 2000 cartas, alcanzando precios, en algunos casos especiales de hasta 8000 yenes y sin visos de terminar pronto). Existen tiendas que hacen negocio exclusivamente revendiendo todos los cachivaches para jugar en las mismas. 

La dinámica suele ser muy similar, tratándose en muchos casos de  juegos de lucha, por lo que la meta es acabar con los contrincantes que la máquina nos ofrezca en lid.
De no ser así, habrá que superar una serie de hitos con las mismas, como si de una aventura gráfica a la vieja usanza se tratase.
La máquina se compone de las mismas partes, aunque visualmente luzca diferente: 

- una ranura para la carta de avatar, de personaje, sin la cual, normalmente, no se puede empezar a jugar.
- otra ranura para las monedas, no olvidemos que el fin es especialmente recaudatorio.
- varios botones para la navegación básica, selección de opciones, etc...
- un espacio central vacío donde el jugador colocará sus cartas seleccionadas y llevará a cabo la partida.
- una pantalla de grandes dimensiones, para ver lo que se está haciendo.
- un espacio interior por donde salen las cartas nuevas, en caso de haber ganado algunas.

Por este precio podría comer una familia entera
En determinadas ocasiones, algunas, las más evolucionadas, permiten partidas de dobles, tanto en colaboración como de uno contra otro, pero suelen ser excepcionales. 

Buena culpa de esta mezcolanza exitosa la tiene la fusión de dos compañías: la juguetera Bandai y la industria del entretenimiento digital Namco, que lejos de crear un pastiche sin futuro, parece que han encontrado la fórmula del éxito en tierras de Nobunaga (por poner un ejemplo y como un pequeño guiño a otro gran juego, aunque de videoconsola). 
Ahondando en los gustos de los jóvenes han aglutinado todo el ocio en máquinas y las han distribuido por doquier. 

No faltan clientes fieles ningún día. En ninguna máquina. Bien es cierto que en Japón hasta el momento no se ha sentido la crisis y los nipones son gente muy metódica, pero pese a todo, tiene su mérito...
 
Máquinas para niñas a las que acaban jugando hombres adultos
Las recreativas de este tipo gozan de una enorme popularidad en varios segmentos de la población, especialmente desde niños pequeños hasta adolescentes pero, en algunos casos, más frecuentemente de lo que cabría esperar, son los adultos los que gozan de una partida a carta descubierta. 

Es más que frecuente ver a familias enteras arremolinadas en torno a estas máquinas (unos cuidando a sus hijos, otros jugando, algunos esperando su turno y otros, presumiblemente de miranda), como ha sido siempre en todas las recreativas de la historia.

3 comentarios:

  1. Una lástima (o una suerte, según cómo se mire xD) que no me repartan unas pocas de éstas por España, que si no me veo haciendo la colección 'overseas' :D

    ResponderEliminar
  2. Como siempre, es posible encontrarlas por la Red de redes (ebay, amazon), pero son extremadamente caras en comparación al precio original y no hablamos de un centenar precisamente como para darse un capricho...
    Incluso en Japón, hay que tener buenos fondos para permitirse una colección así, y sé de lo que hablo ;)

    ResponderEliminar
  3. Ya veo, ya... se cuelgan un poco, casi se podría hacer negocio (interesante observación a tener en cuenta :D). De todas formas me refería a que me desperdigaran alguna máquina para poder jugarlas luego, que me expliqué a medias :P Eso ya está más jodido...

    ResponderEliminar