El templo de Zozoji y Tokyo Tower de fondo: sublime |
Es momento de continuar con el repaso a los principales destinos de la capital nipona con el tercer post dedicado a tal efecto, tras Akihabara y Tokio Central.
Como
si de un libro de “El señor de los anillos” se tratara, los tokiotas -a los
turistas también se les deja, si son buenos- pueden disfrutar de sus dos torres, Tokyo
Tower y Skytree Tower, eso sí, siempre que el tiempo lo permita.
La
primera es verdaderamente parecida a la Torre Eiffel parisina, aunque la
comparación es odiosa y siendo justos, la francesa, además de ser la original,
es mucho más monumental, si bien la japonesa también tiene un encanto
particular, especialmente contrastada con el templo de Zozoji, con su
horizontalidad característica, formando un conjunto espectacular, imperdible e
impagable. Eso sí, la estructura de ambas torres es bastante similar.
Torre Eiffel Vs. Torre de Tokio. Para gustos, los colores, y nunca mejor dicho |
Como la
asiática es posterior -data de 1958- y por aquello de “yo la tengo más grande”,
también se construyó más alta -apenas unos metros- , aunque perdió tal
condición en 2012, junto con su antena analógica pasando de sus 333 metros
originales a sus escasos 315 -una consecuencia tangencial del seísmo de 2011,
que la dañó estructuralmente-, superada al fin por su predecesora gala, con sus
inamovibles 324 metros de altura (como son metálicas, por culpa del calor ambas dilatan unos centímetros en verano, pero esa es otra historia).
Comparativa entre las dos |
Esta torre rojiblanca -debido a una regulación de aviación, que los colchoneros no se vengan arriba, o no por esto, al menos-, se
encuentra en el distrito de Shiba, junto al barrio de Roppongi, uno de los más
caros de Tokio (¿qué no lo es?) famoso, entre otras muchas cosas, por ser sede
de infinidad de embajadas, entre la que, como no iba a ser menos que las demás, se encuentra la española.
Skytree Tower,
sin embargo, impresiona. Y mucho. Desde abajo y desde arriba. Desde lejos y desde cerca.
Ubicada
en el barrio de Sumida, al noreste de la capital, es llamativa tanto desde
abajo, porque provoca dolor de cervicales únicamente tratando de atisbar su pico,
con sus 634 metros de altura y arriba, dejando a los demás edificios de la capital a la altura del betún, por muy altos que sean. Su alargada figura se divisa desde prácticamente
cualquier punto de la ciudad, siendo especialmente notable desde la vecina Asakusa, de la que hablaré en una próxima edición.
Tokio, con Skytree y el Fuji de fondo: sólo los días soleados |
Se alza
majestuosa, casi altiva en una de las ciudades más grandes del mundo,
permitiendo a sus visitantes observar casi todos los barrios -el otro barrio
sólo se ve si se tira uno desde arriba, pero no es muy recomendable-, el monte
Fuji (determinados días, con las condiciones favorables) y mucho, mucho más (no
es el primer “mira, desde aquí se ve mi casa” que he oído allí y eso solamente
en el piso intermedio, verídico, aunque creo que el español de turno exageraba,
pero vaya usted a saber).
Skytree es, hoy día, el observatorio más alto -que no el edificio- |
Subir
no es barato ni sencillo -bueno, sencillo es, en el término estricto de la
palabra: el ascensor va como un tiro, rápido y eficiente, lo que es difícil es
la espera para subir-. Además del desembolso de más de 2000 yenes hay otros
extras que incrementan si cabe más la factura -ascender a los cielos, vamos, llegar
al piso más alto son otros 1200 yenes más, entre otras cosas-, eso sí, todos ellos
opcionales.
En
el caso de Skytree Tower una recomendación interesante es conseguir los tickets
por internet, con anterioridad (de al menos 3 días) para ahorrar la hora y
media larga de cola. Es un poco más caro, pero merece la pena. No es fácil, es
cierto, ya que las páginas para conseguirlo están usualmente en japonés, pero
son esfuerzos que a la larga, compensan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario