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Es
momento de analizar las casas niponas, especialmente los cuartos que se
diferencian de los que conocemos en España y en otros países occidentales, que
no son pocos.
La
mejor manera de empezar, además, es meterse de lleno en la intimidad del
hogar. Esos lugares que, pese a ser extremadamente funcionales, son los menos
estéticos de todos: los baños.
La
primera sorpresa en Japón es que lo que entendemos por cuarto de baño es algo
totalmente distinto: el WC tiene un sitio único y propio, mientras que el
receptáculo para bañarse/ducharse está separado.
En
contra de lo que pueda parecer, normalmente se ahorra espacio con esta
iniciativa, prescindiendo de lugares innecesarios.
Pese
a que en muchos establecimientos mantienen váteres “a la antigua usanza” que
son unos agujeros longitudinales excavados en el suelo -no exactamente como los
que se podían ver en España, con las huellas de Neil Armstrong- sin mucho
glamour precisamente, la inmensa mayoría posee, en su lugar, aseos último
modelo con unos recursos que harían palidecer a los del mismísimo MacGyver
(desde leds para iluminarlo, hasta calienta posaderas, desde una función con
agua, a modo de bidé -ahorrándose este elemento por el camino-, hasta aire para
secarse y mil ideas más).
Los propios aparatos incluyen unos botones para
manejarlo pero incluso dentro de la vanguardia hay categorías y actualmente, la
mayoría de marcas abogan por colocar los mandos separados, a la altura del
papel higiénico, supongo que para darle algo que leer al rey del trono, ya que
los botes de champú, como decía, están en otra estancia.
Sólo le falta dar los buenos días |
Lo gracioso
radica en aquellos lugares en los que están ambos, el antediluviano y el futurista
a modo de 1, 2, 3 de las necesidades fisiológicas: hay que elegir bien, porque lo
contrario supone la ruina más absoluta. Con eso y con todo, habrá quien elija
el primero, que hay gente para todo.
- ¿Y
algo como el Roca de toda la vida?, ¿No gastan de esos?
- Por
supuesto (mochiron, que le dicen aquí).
Una
vez más, nos llevan años de ventaja en lo que a tecnología y reciclaje se
refiere y, aunque parezca una obviedad y nos lo vendan como auténtica novedad
en Occidente, las compañías japonesas llevan ya lustros incluyendo el lavabo en
el váter, ahorrando espacio y agua por el camino. De este modo, al tirar de la
cadena, se activa el mecanismo y el grifo comienza a funcionar, para llenarla
de nuevo, permitiéndonos lavarnos las manos por el camino.
Haciendo
cuentas, en muchas ocasiones el váter acaba siendo váter propiamente dicho,
bidé y lavabo. Un 3 en 1 que ni el famoso desengrasante.
El aprovechamiento es máximo en los baños y fuera de ellos |
Los
urinarios públicos (masculinos) suelen ser por lo general más bajos que en
Europa (cuestión de altura, supongo) y llegan hasta el suelo, en lugar de
terminar a media altura. No es una gran revolución, pero sí que es una de las
primeras novedades que contempla el visitante extranjero en Japón, ya desde el
aeropuerto.
Los
cuartos de baño están divididos en dos secciones perfectamente diferenciadas,
pese a tratarse del mismo sitio: la bañera, normalmente pequeña, aunque se
puede llenar hasta que rebose, ya que todo el espacio es susceptible de ser
mojado, y una ducha con dos alturas, porque la costumbre japonesa es ducharse
sentado.
Carente de glamour, el váter clásico es simple y funcional |
A tal efecto, en los baños suele haber 3 elementos que no existen
normalmente en el resto del mundo: una tina y un taburete pequeño, ambos de
plástico o de madera, pero siempre a juego, del mismo modo que en los onsen o balnearios ya comentados con
profusión en otro post, para sentarse y lavarse, como es natural.
El último es
una especie de cortina/persiana para cubrir la bañera y mantener el calor en su
interior.
Las bañeras y las duchas, para no sentirse inferiores a sus vecinos
de porcelana, también suelen incluir botones y tecnología suficiente para mirar
con descaro a un móvil de otra generación o un ordenador pequeño.
Muchos
países europeos disfrutarán de la sobremesa, con un Oporto, un pacharán o el té de las 5. En América latina se estarán levantando, preparándose para un fin de semana lleno de aventuras mientras publico, pero en Japón es de noche ya, así que toca lavarse los dientes, un pis ¡Y a la cama!
Hasta la próxima semana.
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