viernes, 21 de marzo de 2014

Restaurantes (resutoran, レストラン)

La vida sería un poquito peor si no existiera el shabu-shabu
En Japón no existe una diferencia sustancial entre comer fuera y hacerlo en casa, en lo que al dinero se refiere, por eso mucha gente prefiere hacerlo fuera y ahorrarse un valioso tiempo y esfuerzo limpiando. 

Como en casi cualquier lugar del globo, los tipos de restaurante son muy variados, desde aquellos destinados a comida rápida (la influencia americana es palpable ya que no faltan empresas como McDonalds allá donde se pierde la vista), pero los más nutridos y con mucho los más interesantes también son aquellos con platos típicos como el ramen (una de las primeras entradas se refería a estos y otros tipos de fideos). 

Pulse el botón cuando esté preparado...
Su precio es extremadamente asequible y su sabor delicioso así que el éxito está asegurado (los más destacados suelen tener gente haciendo cola en el exterior, en ocasiones durante una buena media hora, lo que le hace preguntarse a uno si realmente se le puede llamar comida rápida o no).
Hay otros más sofisticados con platos elaborados como el fantástico shabu-shabu, más caros, pese a que son de esos de hágalo usted mismo: una cacerola con una especie de sopa llevada a ebullición en la que se van incluyendo vegetales y tofu y finalmente carne (normalmente filetes muy finos de cerdo o ternera). Se sacan cuando cada comensal considere -más o menos hechos, al gusto- y se mojan en salsas como la de sésamo o un huevo batido, todo ello acompañado por arroz o udon -otro tipo de pasta, también citado anteriormente-: el precio es más elevado, pero es que uno acaba rodando al terminar.

No faltan aquellos de cocina internacional: indios, tailandeses, chinos, normalmente frecuentados por gente de esos países, que conviven con restaurantes italianos o españoles, donde no ves a un Giovanni o a un Antonio ni por asomo: los cocineros y los camareros son siempre japoneses (a ver a quien se le ocurre venir a la otra punta del globo para ponerse de camarero en un restaurante típico también), aunque los platos que preparan suelan ser deliciosos y bastante conseguidos, en algunos casos, con un cierto toque de fusión que le da un sabor distinto, aunque sin empeorarlos.

Eliges, pagas, pides. Así no hay confusión
En Japón es muy, pero que muy difícil hacer un “sinpa”. Si por algún casual hubiera alguien, que no es el caso, al que se le ocurriera irse sin pagar, lo iba a tener bastante claro en los restaurantes nipones, dado que en muchos, la comida se selecciona al entrar, en una máquina y se paga en ese momento. Una vez obtenido el ticket, se presenta al camarero que al poco rato -suelen ser bastante diligentes- aparecerá con la comanda. Los extras como el alcohol o los postres sí se pagarán al final.

Hay nipones muy ruidosos pero son minoría. Lo normal es que sean respetuosos, sosegados y silenciosos. Este comportamiento  no varía en los restaurantes y para evitar llamar a voces al camarero o estar pendiente de si nos quiere mirar o ignorarnos, utilizan en casi todos los establecimientos un sistema de botón. De este modo, al pulsar el mismo -si juntas dos mesas parece que estás en un concurso- se activa una alarma sonora muy calmada que notifica a los camareros el destino al que se tienen que acercar.

Abejas y japoneses, maestros con la cera
Como se refleja en esta página, con la que coincido en casi todos los aspectos (en los que conozco al menos) y mucho más elaborada que la mía he de reconocer, http://javilop.com/viajes/14-cosas-que-te-sorprenderan-cuando-visites-japon/ (punto número 9), una ingente cantidad de restaurantes utilizan un sistema de reproducciones de sus platos más destacados en cera. Son sumamente realistas y pese a que resultarán caros en su manufactura, siempre salen más baratos que poner un plato en la puerta cada día para tener que tirarlo después. Desconozco las cifras exactas, pero imagino que la empresa que realice estas reproducciones será bastante potente (habrá varias) ya que no hay restaurante que se precie que no posea una amplia veintena de platos en diversos expositores y hay muchos…

Personas de todo tipo hacen una parada rápida para comer
Por último aunque no menos importante, pese a la falta de bares, de lo que no ha carestía es de barras y taburetes en torno a ellas, donde los comensales se sientan en hilera para comer (mucha gente sale de trabajar y come sola, por lo es mejor ocupar un taburete que una mesa ya que sería desaprovechar un espacio que en Japón resulta valiosísimo). Muchos son pequeños y están en la calle directamente, perfectos para hacer una "parada técnica".


Supongo que me habré “comido” muchas cosas más, como los restaurantes de sushi y sashimi donde la decoración del platillo marca el precio (va relacionado con lo que ponen encima, claro está). Dejo como última aportación un detalle que trae de cabeza y genera más de un chiste en Occidente: el arroz oriental (sucede del mismo modo en China y otros países) compacta más fácilmente que el nuestro (el almidón tiene mucho que ver y que nos guste el arroz “suelto” también) por lo que comerlo con palillos es complicado, pero no tan difícil como puede parecer en un principio.

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