Ir al balneario no es precisamente una moda nueva en Japón |
Desde los mayores hasta los más jóvenes, aunque los más pequeños
no lo disfrutan igual y le quitan la gracia a la atmósfera de relax (hay spas y
balnearios que sólo permiten el acceso a los mayores de 15 años-.
Antes que nada, una buena ¿ducha? |
La intensa actividad volcánica a lo largo y ancho de Japón
tiene ciertas desventajas, con los seísmos que trae aparejados en muchas
ocasiones, pero cuenta con una red de aguas termales que ya la quisieran muchos países, exceptuando Islandia y algún otro, aunque contados.
Esto ha creado impronta entre los nipones que acuden con
cierta asiduidad, tanto a los baños reales como a los spas cuidados a mimo,
aunque no sin ciertas curiosidades que conviene reseñar:
Entrada para mujeres, como su propio kanji indica |
-En primer lugar, hay que explicar que los japoneses se
suelen asear (cuando se duchan especialmente) sentados en un pequeño taburete y
acompañando una tina a la ducha con la que remojarse. Esto se observa tanto en
los termales como en los spas, donde, antes de empezar el recorrido que tienen
preparado y por higiene, dedican unos minutos a esta labor.
- Acto seguido tienen unas normas bastante estrictas: hay
que ir desnudo, por lo que tienen partes perfectamente separadas para hombres y mujeres, aunque en algún balneario pequeño de un pueblo remoto
es posible encontrar balnearios mixtos, aunque no gozan de gran popularidad.
Esto no puede quedar muy lejos del paraíso... |
-En tercer lugar, los spas están equipados habitualmente con todo tipo de
baños (turco, sauna seca, el caldarium y frigidarium romanos, pero modificados
a los tiempos que corren, que los japoneses están a la última) y un sinfín de piscinas
de una índole u otra para que el tiempo pase volando y tras un día duro de
trabajo salga uno relajado y pidiendo cama para dormir como un niño chico.
-Por último, los balnearios (llamados onsen en japonés), por otro lado suelen estar incluidos en
hoteles que aglomeran todos los tópicos tradicionales -no lo hacen por atraer
al turismo extranjero ya que son los propios japoneses los que van a estos
sitios- con comida muy elaborada en sus restaurantes y habitaciones -muchas veces
familiares- con suelos de tatami y gruesos futones para dormir con comodidad. Otorgan
a los presentes un yukata (en pocas palabras, un kimono informal, ya he hablado
largo y tendido sobre ellos) con el que se pasearán por la instalaciones con
comodidad. No faltan tampoco los estanques repletos de carpas (koi) más grandes
que el brazo de un culturista. El agua de cada uno de estos baños posee
propiedades únicas y beneficiosas, por lo que tienen gran demanda.
Plácido y relajado fin de semana para todos.
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