Empezaron con un bombón y se les fue de las manos |
Si hay una fiesta celebrada en todo el mundo por
excelencia, que pese a tener un origen tradicional (de la Roma Imperial), ha
ido derivando en una estrategia comercial descarada, esa es San Valentín. Su
implantación más o menos regular procede de mediados del Siglo XIX con la
finalidad de vender tarjetas entre los enamorados, algo poco enriquecedor para
el alma pero mucho para la cartera del que las vende.
Curiosamente, entendida como festividad del día de los
enamorados, cambia de fecha en función de cada país, aunque la más extendida es
la onomástica del santo en cuestión.
Está la versión familiar de San Valentín de algunas marcas... |
Lecciones de historia y geografía aparte, en Japón se
practica una variedad de San Valentín sorprendente, cuando menos, que riza el
rizo del consumismo. Esto es, el 14 de febrero, son las féminas las que hacen
los regalos, presumiblemente chocolate (no me extraña que se acaben las
reservas mundiales de cacao, después de ver cómo se las gastan los grandes
almacenes nipones, llenándose de pasillos donde el goloso manjar es el rey, con
diseños imposibles, tirando en muchos casos incluso del variado folclore y la
cultura pop japonesa), mientras que los hombres asisten al espectáculo como
meros receptores, sin tener que hacer nada más que soltar un arigatou, de vez
en cuando.
...y la erótico-festiva. Para todos los gustos |
¡Vaya chollo!, pensaría cualquier muchacho, pero ¡pobre
ingenuo sería!
Las mujeres niponas tienen muchas características, la
inmensa mayoría buenas (alguna mala tendrán también, vaya usted a saber, no
seré yo el que las cite), pero lo que seguro que no son es tontas y ni venden
duros a cuatro pesetas ni atan los perros con longaniza (no tienen duros,
pesetas ni longanizas, además).
El San Valentín, modelo país del Sol Naciente se divide en
dos días. Y lo que es mejor, de dos meses distintos. Si el 14 de febrero ellas
reparten dulces y alegría entre los hombres, el 14 de marzo, un mes después,
son ellas las que esperan que sus buenos deseos y esfuerzos les sean
retribuidos y, aquí viene lo mejor, en relación de tres a uno, o lo que es lo
mismo, triplicado.
Esto quiere decir que si hacen un regalo mediano esperarán
uno bueno y si hacen uno bueno lo requerirán excelente. Como digo, un buen
negocio para ellas y mucho mejor para los comercios.
Deliciosos y elaborados, los bombones son los protagonsitas |
Llegados a este punto, cualquier lector avezado se habrá percatado de que esta
festividad no es especialmente de mi agrado (considero que si alguien quiere
sorprender a su pareja, tiene todos los días del año para intentarlo, no el día
que le impongan con los clichés sencillos que le ofrezcan -¡Con lo que da de sí este mundo!-, ya que la capacidad de sorpresa, aunque no muy grata, radicará
precisamente en la ausencia del mismo…, con previsibles consecuencias fatales para uno de los miembros y para el sofá en el que le toque pasar la noche, o las noches si se tuerce mucho la cosa), aunque confieso que me gusta el
chocolate así que transijo a regañadientes pero con el estómago agradecido, que tampoco conviene estar de mal humor.
Chocolate para solteros. Tiritas para corazones rotos |
Como decía el siempre imperturbable y aparentemente
despistado agente Colombo antes de dar la puntilla metafórica al asesino del
capítulo, “Una cosa más”: todavía hay otro detalle considerable en lo que
respecta a la poderosa infraestructura comercial (muy de admirar por otra
parte, al conseguir que millones de personas sigan estos preceptos como
auténticos zombis): recientemente, al menos en Cipango, se ha “puesto de moda”
regalar también a amigos, familiares, compañeros de trabajo y a casi todo hijo
de vecino, con la consiguiente retribución mensual el 14 de marzo o White Day,
Marshmalllow Day, etc. (aunque aquí la ratio 1:3 no tiene que ser correspondida
obligatoriamente, ya que esa función le queda destinada al sufrido
novio/marido), por lo que no se libran ni los solteros/as de dejarse medio
sueldo (echen cuentas) durante estos meses, aunque deduzco que las aventuras
entre compañeros de trabajo se verán incrementadas con la excusa (éste/ésta se
ha gastado algo más en mi regalo, algo quiere…).
Pasado el mes, toca recoger los beneficios, si la pareja sigue |
Los tipos de regalos achocolatados son, en función del
destinatario: para el novio/marido: Honmei
choco (本命チョコ, chocolate
verdadero, aunque habría que demostrarlo primero, claro), para los
amigos, compañeros de trabajo y miembros de la familia: Giri choco (義理チョコ, chocolate de cortesía), si bien aquí también se englobaría el Fami
choco (ファミチョコ, chocolate para la familia), para dar las gracias a
alguien: Sewa choco (世話チョコ – chocolate de agradecimiento), o entre los niños: Tomo choco (友チョコ,
chocolate de amistad, para que cojan el hábito desde pequeños).
Feliz fin de semana y cuidado con el azúcar.
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