viernes, 31 de enero de 2014

Biografías: Takeshi Kitano (oitachi, おいたち, 生い立ち)

¿Un tipo duro...?
Se acaba enero y poco a poco se terminan también las nuevas secciones por comenzar en el blog, no sin antes añadir una nueva: monografías/biografías de celebérrimos hombres y mujeres que pueblan el archipiélago nipón. Japoneses ilustres de hoy, para entendernos.

Pocos directores asiáticos han influido tanto en occidente como Kitano (con perdón de sus compatriotas Kurosawa y Mizoguchi o del surcoreano Chan-wook Park, tan de moda nuevamente gracias al remake de Spike Lee de su siempre recomendable Oldboy). 

No es que sus películas vayan a pasar a la historia del cine como las mejores de su género. 

...¿O un pedazo de pan?
De hecho, ahondando en el cine nipón se pueden encontrar auténticas joyas que harían palidecer cualquier largometraje del bueno de Takeshi, a excepción de Dolls, película que merece la pena ser vista y disfrutada por cualquiera que tenga ojos.
 
Pero nadie como él, en las últimas décadas nos ha llegado tanto. Más por saber estar y llegar al público que por calidad se ha hecho un hueco indiscutible. Su Battle Royal -¿Cuántas veces la habrá visto la señorita Collins, creadora de The hunger games? Muchas, con seguridad- rompió moldes con momentos hilarantes, sanguinarios, ridículos, tristes y hasta tiernos, todo en el mismo pack. 


El mundo de los yakuza o las batallas katana en ristre no serían lo mismo para los occidentales sin Kitano (de nuevo, si el bueno de Tarantino no se ha tragado la filmografía de Kitano más veces que los fans de Star Wars la vieja trilogía, que me parta un rayo). Como curiosidad, en Brother, una de sus películas más conocidas, el actor que le acompaña será fácilmente reconocible para los fans de las series americanas. Ahí lo dejo, como guiño.

-A algunos les gusta el humor negro...- comenzaba
Pero Kitano no es únicamente un cineasta. Es un auténtico hombre para todo, dentro y fuera del cine.


No voy a sorprender a nadie que no lo quiera ojear en la Wikipedia, pero es que este señor, además de cambiar el modo de ver a los japoneses en nuestra infancia con Humor Amarillo (Takeshi’s Castle, para los de más allá de los Pirineos y sí, yo también creo que en el programa moría gente y no, nadie sabe qué premio les daban), ha hecho infinidad de cosas, todas ellas bastante interesantes.

No dejen de verla (Dolls)
Otro detalle freak referido al mítico programa, Junior, el compañero de aventuras de Takeshi, ha acabado de gobernador de la prefectura de Miyazaki, con mejores resultados que Schwarzenegger.


Actualmente es un showman, o lo más parecido que tienen en Japón. Nada que ver con Conan O’Brien, Leno, Kimmel, Fallon o, por poner ejemplos más cercanos, Buenafuente, pero dando lo que pide el público japonés.
 
Me quedo con sus otros trabajos, pero para gustos...
Tanto en sus películas como en otros cameos, no sólo es el director, sino que escribe, produce, actúa, monta y diseña. El que pensara que Woody Allen lo hacía todo es porque no conocía a Kitano.

Cuando está alejado de las cámaras, tiene hobbies (o profesiones, según se mire) extremadamente diferentes como haber participado en la lucha libre profesional, pintar (con un estilo a caballo entre naif y expresionista, con tintes de surrealismo, pero con un público fiel) o dar clases magistrales en la prestigiosa Universidad tokiota. Un hombre del Renacimiento en pleno Siglo XXI.

Y es que tiene que ser un grande por fuerza. No en vano, su mujer se llama Mikiko...

En febrero, más.

sábado, 25 de enero de 2014

Visitando Tokio: Akihabara (あきはばら, 秋葉原)

Un día cualquiera en las calles de Akihabara
 Los barrios tokiotas son un auténtico mundo. Cada uno el suyo, además. Con esto quiero decir que Tokio tiene tantas caras como barrios y cada cual tiene sus peculiaridades.
 
No descubro nada nuevo. 
Sigue siendo lo mismo bajo el sol (naciente, eso sí), pero para sacar partido a una enorme ciudad como esta conviene conocer qué visitar y bajo que circunstancias.


Las AKB48. Son muchas más, pero no entraban en la foto
Comienzo por Akihabara (Akiba le dicen algunos), cuna del grupo pop más numeroso que conozco hasta la fecha, las AKB48, una suerte de muchachas, generalmente disfrazadas de colegialas (idols que derrochan originalidad por todos los costados…) en uno de los negocios musicales más lucrativos que he visto. Son legión (iban a ser 48 en un principio, de ahí su nombre, pero se les empezó a ir de las manos y son aproximadamente un centenar con diferentes “equipos”, a su vez). Lo cierto es que podría tratarse del primer grupo que llena más el escenario que las butacas, si no fuera por su enorme popularidad. Eficientemente se distribuyen para aparecer en pequeñas hordas en televisiones, medios de comunicación, dar conciertos, etc. Están en todas partes y en el barrio más freak del planeta son las reinas actuales.

Las meidos repartiendo propaganda de sus cafés
Ellas y las meidos (traducción japonesa fonética de maid inglesa), que regentan numerosas cafeterías y garitos (algunos un tanto sórdidos, aunque, hasta donde conozco nunca van a más): chicas disfrazadas de sirvienta francesa con complementos más orientales como orejitas de peluche (algo icónico que aquí aparece por doquier), que tratan de atraer a propios y extraños.

Pero Japón es tierra de contrastes extremos y Akihabara no lo es menos. Como decía, es probablemente uno de los lugares más freaks del planeta y lo es por dos motivos concretos y bien diferenciados entre sí, incluso en alturas, ya que el primer caso se suele ubicar en la planta baja de los edificios (a pie de calle), mientras que el segundo suele estar en el interior de los mismos ocupando varias plantas:

¿Un fusible descatalogado, una pieza imposible? Razón aquí
   a) La electrónica: hay de todo. De verdad, DE TODO. Nuevo y viejo, componentes imposibles de conseguir en cualquier otro lugar, cachivaches increíbles, las consolas y ordenadores más nuevas del mercado y las más retro y olvidadas funcionando a la perfección, para deleite de la mayoría que lo visita y sabe a lo que va.
Además de las grandes superficies que se arremolinan en torno a la estación del tren, con lo último en informática, televisión, música, cámaras y un larguísimo etcétera, existen infinidad de pequeños pasillos y callejuelas llenos de pequeños puestos donde comprar lo que uno pueda imaginar, siempre y cuando lleve cables, pilas o baterías. Cuenta la leyenda que es posible crear robots propios con los materiales que allí se venden (habrá que ver también cómo serán los robots resultantes, claro, pero todo es posible en este lugar).


No hay colección inacabable en Akihabara
      b) El coleccionismo de manga/anime: y otras tantas cosas que los muchachitos nunca confesarían a sus padres y menos todavía a sus novias, los que las tengan. Claro que cada vez son más las chicas que se adentran en este mundillo. Cartas (cards), figuritas, cómics y muchas otras cosas se pueden encontrar en tiendas especializadas que harán las delicias de cualquier otaku.


En lo que se refiere a las buenas gentes que pueblan Akiba, es necesario aclarar que la atmosfera cambia enormemente del fin de semana al resto, ya que los sábados y domingos se peatonalizan varias calles principales para permitir el libre desplazamiento de gentes. Además de las ya citadas meidos, no son pocos los que salen a la calle ataviados con algún vistoso disfraz (elaborados al detalle, porque esta gente no será otra cosa, pero perfeccionista, hasta el límite).

Los clásicos de 8 bits y muchos más por unos pocos yenes

Los restaurantes son como en el resto de Japón. Una interesante variedad de comida tradicional y las cadenas norteamericanas (aunque no son las únicas) que están en todos los sitios, amén de algún restaurante con comida internacional.


Quedan muchos rincones por descubrir en Tokio, pero tiempo habrá en otras ediciones. Por hoy, es todo.

viernes, 17 de enero de 2014

Gashapon (gachapon, ガチャポン)



Una pequeña muestra en Akihabara (Tokio)
Año Nuevo y secciones nuevas en el blog. Empiezo hoy el epígrafe dedicado a las máquinas, esas grandes protagonistas por estos lares de las que destacaré entre otras de menos avanzadas a más: las de gashapones (consideradas máquinas, pese a que no lo son tanto), las jidouhanbaiki (máquinas de vending), las máquinas recreativas (estas hay que subdividirlas a su vez en varias categorías, que no desvelaré de momento) y otras más sofisticadas como las de fotomatón (parece que no, con los modelos que tenemos en la península, pero a estas máquinas niponas sólo les falta volar), entre otras. Al grano pues.

Pokemon y Hello Kitty, aunque algo versionados
Los japoneses no son muy dados a comer cosas demasiado dulces. Para la inmensa mayoría, las cosas que en Occidente nos parecen dulces, a ellos les parece demasiado.

Así pues, pese a que tienen golosinas, difieren un tanto de las nuestras y su presencia es muy reducida: suelen tener un hueco en los centros comerciales, pero no aparecen cerca de los colegios -¿será ese el motivo por el que los niños están más calmados? Podría ser-, como abundan en nuestra patria.
 
Al cochecito leré...

El kínder sorpresa que muchos comíamos de pequeños (de vez en cuando) aquí tiene un símil de gran popularidad entre los niños (y no tan niños), pero prescindiendo de la cobertura de chocolate, de modo que únicamente queda la sorpresa metida en un huevo o pelota de plástico. Adiós a las caries.

No es que estas máquinas no existan en nuestro país. Cada día hay más en estaciones, áreas de servicio (codeándose con un Cd o cinta de Camela), centros comerciales y otros lugares de postín y su origen no es otro que el país del sol naciente, aunque hoy por hoy, los objetos de su interior procedan de China, casi con total seguridad.


La particularidad en Japón es que aquí no son un par de ellas. Son legión. Están por todas partes, desde pequeños núcleos aquí y allá hasta enormes pasillos o regiones (sí, regiones) en los supermercados y grandes superficies. Su nombre por cierto procede de la onomatopeya (aquí les encantan y tienen para cualquier situación, incluso las que no son sonoras) gacha-pon que es el ruido que hace la máquina en cuestión cuando se gira la palanca y cae la bola. Muy cuco.

Los personajes del manga son los que tienen más éxito

Anpanman un ídolo de la infancia de todo nipón
En su interior se puede encontrar prácticamente cualquier cosa digna de ser coleccionada: desde muñequitos procedentes del manga/animé (sin duda los más populares, con un mercado alternativo externo a las máquinas que los vieron nacer) hasta objetos que jamás podríamos imaginar, como tipos de setas (su reproducción en plástico, naturalmente), animales varios reales y extintos (no sólo dinosaurios, como cabría esperar), coches de todo tipo e incluso labios de pega y un sinfín de objetos extraños algunos de los cuales sigo sin entender ni su utilidad ni su carácter ornamental, pero, claro, esto es Japón y a veces no hay que buscarle los tres pies al gato sino aceptar las que vienen dadas.

Algunas máquinas son, sencillamente, únicas
Las marcas que, por su parte, lo fabrican y distribuyen no son tampoco nada desdeñables: compañías enormes como la internacional Bandai, por poner un ejemplo están siempre presentes.

Para finalizar, destaco que las categorías se dividen en dos y en esto de nuevo se pueden comparar con los huevos sorpresivos de la compañía italiana (Ferrero, la misma que los otros bombones, qué cosas): el primer tipo, formado por aquellas figuras que vienen en piezas y hay que montar, con sus instrucciones y todo, y el segundo, con figuras enteras, completas, con gran nivel de detalle, todo hay que decirlo.

La semana que viene, más.
 

viernes, 10 de enero de 2014

Publicidad (koukoku, こうこく, 広告)



A excepción de mi infancia, cuando madrugaba desafiando a la razón y al sueño, como niño que era, nunca me ha interesado especialmente la televisión. Bien es cierto que emiten algún programa decente de vez en cuando (por contrapartida, la inmensa mayoría me parecen bazofia, aunque no conviene especificar cuáles, que para eso Tele5 tiene sus propios detractores…) así como películas, concursos o series, por desgracia cuajadas de publicidad repetitiva y poco original, salvo algunos casos, cuyo eco llega hasta la red de redes y ni siquiera la diva Monserrat Caballé, por ejemplo (esta señora hizo un dúo con Freddy Mercury, para el que no se acuerde, entre otras hazañas), se libra de su control y chanza consiguiente. De los informativos, mejor ni hablar.

 Algunos de los anuncios más raros que se ven por aquí

Como contrapartida en Japón la publicidad es extremadamente interesante, especialmente para alguien que, como es mi caso, procede de un país lejano. Lo cierto es que un anuncio bien hecho puede dar mucho que hablar y quedar en la retina de millones de espectadores. Sus lemas se pueden repetir en puntos recónditos e inesperados del planeta, gracias a internet y al boca a boca, dos fuerzas diferentes pero igualmente incontrolables. 

El pasado verano se veía todo esto durante los programas

Pese a no entender ni la mitad, reconozco que me fascinan. Cada pocos minutos irrumpen durante poco más de 40 segundos para volver a lo que estaban emitiendo y así constantemente. Lo más llamativo de los mismos es la cantidad de muñequitos -hordas-, y mascotas que hablan, protagonistas -la imagen publicitaria de una famosa entidad bancaria son un perro, padre de familia nada menos, su esposa humana, su bella hija, que por lo visto ha salido a la madre, y su hijo negro, que ese ya es más complicado de explicar: si Mendel levantara la cabeza, se daba con la tapa y luego…-.

La publicidad de las últimas semanas. Mejor verlo

Además están los de siempre: los de coches que se basan, bien en la tradición, bien en la última tecnología agregada al cacharro, como los móviles, la influencia de Disney (más brutal por estos lares que de costumbre, uno de los frutos más evidentes de la intensa relación mantenida con los americanos tras la II Guerra Mundial hasta hoy), famosos varios, algunos de índole internacional, como comenté en su día (Tomy Lee Jones es ya más japonés que otra cosa) y otros más típicos de la región como la inclusión de muchos bailes y coreografías, algo de manga, videojuegos varios y, finalmente, cosas de difícil comprensión incluso para las buenas gentes del lugar, a no ser que uno lleve una sobredosis de alucinógenos, imagino.

 Especial selección de fin de año. Para todos los gustos

Si la publicidad es reflejo de la sociedad en muchos aspectos, la japonesa se define actualmente de este modo tan peculiar e interesante. Hay infinidad de muestras en Youtube y otros medios. Esto no es más que un ejemplo (reciente en la mayoría de los casos) de lo que se ve actualmente en cualquier televisión nipona.

Quentin Tarantino con la familia más disfuncional que se recuerda