viernes, 11 de octubre de 2013

Televisión (terebi, テレビ)



La televisión, como todo lo demás en Japón, es completamente diferente de cualquier otro país. Tiene un lado por el que se ve y otro por el que no, como en todas partes, es plana, por lo que no se puede poner el luchadorcito de sumo (a falta de flamenca), como hacían en las casas españolas. En eso son idénticas, pero los programas no tienen nada que ver con los que se hacen en Europa o América (más teniendo en cuenta que la primera copia a la segunda descaradamente).

Kyari Pamyu Pamyu, "al natural"
En primer lugar, los programas de variedades son presentados por un grupo de gente más bien amplio. En la mayoría no hay un director y unos colaboradores sino un programa absolutamente coral. Todos hablan civilizadamente y rara vez se interrumpen entre sí. Bendita educación y sana envidia, que los diferencia de las tertulias-gallinero (mucho de lo segundo y poco de lo primero, valga el pareado) de nuestro país.

Las teleseries son más realistas y tratan sobre temas más banales, como llegar a ser estrella del pop, un fenómeno sin igual por Japón, aunque también el misterio o el drama tienen cabida. Son productos cerrados: aquí no hay temporadas. Cuando se acaban los tres o seis meses de emisión, se acabó. Nada de esperar el verano a que vuelvan nuestros personajes favoritos. Noonen Rena (no hay que olvidar que anteponen el apellido al nombre), protagonista de una de estas ficciones, con rasgos de comedia (que aquí dura 15 minutos, en lugar de los tradicionales 20 occidentales) ha tenido en vilo de 8 a 8:15 de la mañana a todo el país recientemente.

Todo Japón se levantaba para ver las aventuras y
desventuras de esta muchacha de cara angelical
La publicidad está plagada de monigotes, mascotas y marionetas de todo tipo combinadas con muchas niñas (hordas, en ocasiones) y personajes famosos locales e internacionales (Tomy Lee Jones o Jean Reno, por ejemplo son muy conocidos por nuestros lares). Suelen ser muy divertidos y estoy seguro de que, pese a que aquí lo de las drogas no se estila en demasía, parece que se han metido algo los publicistas, porque menuda tela...
 
Jean, tío, tú antes molabas... claro que Doraemon es mucho Doraemon...



Otra de las cosas que más llaman la atención es que están comiendo constantemente delante de las cámaras. A todas horas, cambiando de canal, se puede ver a alguien dando buena cuenta de algún plato de la gastronomía nipona y extranjera, bien para promocionar productos, o sencillamente por rellenar espacio (en la parrilla de programación y en el estómago).

Volviendo a los programas de variedades, bloque central de la televisión a todas horas hay dos tipos de personas: hombres y mujeres (aunque suene a perogrullada y aquí sin “viceversa”). Pero la división es muy desigual para las féminas, ya que, mientras los hombres son “humoristas” (claro que no consigo entender mucho de lo que dicen, pero gesticulan en exceso, sobreactúan y gritan en exceso) sin ningún tipo de sex-appeal, las mujeres suelen ser niñas bonitas (no sé si se habrán doctorado en físicas, que todo puede ser, pero siempre jóvenes, delgadas y guapas, marcando un canon típico). Son incontables las que desfilan por los numerosos canales pero algunas destacan más que otras.

Las que lo consiguen, si se posicionan bien, están por doquier. Gouriki Ayame, por ejemplo, aparece en varios programas diferentes, es la imagen de varias compañías (está en anuncios nacionales las 24 horas en televisión además de salir en revistas y otros soportes) y recientemente ha dado el salto a la gran pantalla con Gacchaman una producción basada en superhéroes nipones de esos que se ponen máscaras y luchan contra bichos, como hay mil (no los voy a enumerar ahora, porque hace falta libro y medio y no un post). 

No sé si tendrá tiempo para dormir, porque
no para de hacer cosas. Estará forrada...
Hablé en la introducción del blog de Kyari Pamyu Pamyu (para más información mirad la primera foto del post de hoy), auténtico fenómeno de masas allende los mares, cantante, como una Lady Gaga nipona (si acaso más extravagante). También es sencillo verla a todas horas en todas partes.

Becky (izq.) y Roora (dcha.) ...
Becky, que como Cher se caracteriza por no utilizar más que su nombre es la más famosa del nuevo prototipo femenino que aparece en la pequeña pantalla actualmente, fruto del brutal mestizaje que desde hace algo más de una treintena sufrió Japón un boom irrefrenable. Medio británica, medio japonesa, es, francamente, una auténtica belleza y la explotan como tal, de nuevo apareciendo allá donde dirijas la vista. Roora, por su parte, es como Becky, una de esas mezclas que tanto gustan, sólo que es fruto de padre de Bangladesh (¿esta gente tiene gentilicio?) y madre también mezcla ruso-japonesa, aunque algo menos famosa.
...dos bellezas cortadas por el mismo patrón



Haciendo de abogado del diablo he de decir que sí que hay hombres que puedan destacar por su físico y mujeres que no en la televisión nipona, siendo éstas también humoristas, pero no es en absoluto lo más común. Uno de los chicos "guapos" de la tele se llama Mocco (con este nombre, se lo merendaban en nuestra pequeña pantalla y no quiero hacer juego de palabras con esto).




Como último detalle, señalo que esto es Japón y aquí hay de todo. Nada lo supera, con cosas nunca vistas y cosas que el mundo todavía desconoce, pese a ser comunes aquí. De hecho, si creemos que en nuestro país contamos con algo propio, llegan ellos y nos desmontan el chiringuito. ¿Creemos que Falete es único y no hay nada ni nadie que lo iguale?, pues llegan ellos y aparecen con Matsuko Deluxe, que más allá de cualquier complejo, ha sido incluso imagen de una compañía de donuts. Y es que nada es imposible en Japón.

¿Cómo sería Falete si hubiera nacido en Japón? He aquí la respuesta

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