viernes, 18 de octubre de 2013

Esas pequeñas cosas (sasai na koto, ささいなこと, 些細なこと)



Pese a las múltiples diferencias existentes entre dos países tan distantes como España y Japón, la vida es perfectamente llevadera y apenas se nota la diferencia en el día a día, salvo por pequeñas cosas, aunque en un sentido completamente positivo.

Los cuervos

Hitchcock seguramente visitó Japón para inspirarse
Para empezar, se trata de un país absolutamente plagado de cuervos. Bien es cierto que estos pájaros abundan en infinidad de países (recuerdo haberme topado con ellos en las gélidas tardes de marzo en Viena allá por el 2006) y gracias a George R. R. Martin han alcanzado una enorme fama en los últimos años, como sistema de correo en sus novelas fantásticas. Sin embargo, en Japón tienen más peso que en otros lugares y contrastan enormemente con el concepto de aves en las ciudades peninsulares, donde las palomas, las cigüeñas y, ya en la costa, las gaviotas, campan a sus anchas. Son legión, muy ruidosos, territoriales y tratan de alimentarse por doquier (los basureros tienen que inventar sistemas para evitarlos a toda costa). Como curiosidad, un cuervo muy especial, denominado Yatagarasu, con tres patas y una clarividencia extrema (basado en la mitología), aparece en el escudo de su equipo nacional de fútbol y en otras administraciones similares.

El cuervo de tres patas (sin segundas intenciones)

Fruto de la industrialización masiva que ha sufrido Japón en los últimos años que mantiene, por otra parte, fruto de su respeto por la naturaleza innato un sinfín de rincones verdes y templos antiguos (es un contraste brutal pero muy interesante), también se pueden ver milanos por la ciudad como si tal cosa, cazando lo que se les pone por delante y regresando a sus oasis urbanos tras las cacerías.

Los palillos

Palillos con nombre propio
A nadie sorprende que en los países asiáticos se utilicen los palillos para comer, en lugar del cuchillo y tenedor, de toda la vida. Con apenas un poco de práctica es extremadamente sencillo usarlos (el arroz suele estar apelmazado en Asia, así que es una labor más fácil de lo que pueda parecer). Pero esto es Japón y siempre llevan todo a un punto más extremo que en otros lugares. 

En muchos casos, los palillos suelen estar personalizados y tuneados al extremo, siendo personales e intransferibles como un carné. Los hay de tantos materiales como alcance la imaginación del fabricante. Se regalan al comenzar una nueva vida (ya sea un cambio de casa, un matrimonio o cualquier otra excusa), aunque siempre se tienen palillos “de usar y tirar” para los invitados y en los restaurantes. También poseen palillos para cocinar, más largos y menos manejables, aunque sencillos de limpiar.


Hasta donde alcanza la vista, todo son palillos...

 Los sobres de boda y funeral

Animados para las bodas...
Japón es extremadamente estricto con las bodas y los funerales. Si acaso más incluso que los países católicos, aunque en diferentes aspectos. Las ceremonias son variadas, siendo la sintoísta la que más protocolo requiere (realizaré un post exclusivo al respecto más adelante sobre los desposorios). Los regalos, por su parte están perfectamente preestablecidos en sumas de dinero consolidadas (aquí imagino que la inflación tendrá algo que ver y variará cada cierto tiempo, pero siempre igual para todos) en función del rango de afinidad o parentesco con la pareja en cuestión, para evitar situaciones indeseables como recibir un jarrón horrible de esos tíos roñosos a los que nunca ves, por poner un ejemplo. En caso de los obituarios también se designa una cantidad para la afligida familia. Lo más destacado de estas situaciones es, no ya el dinero sino el receptáculo  (el sobre para portarlo) y el protocolo previo. 

La industria papelera de los sobres de boda y funeral mueve un dinero importante en Japón y son ingentes las variedades que de ellos hay, muy barrocos  y coloridos en el primer caso y muy solemnes, llegando a la bicromía a lo sumo, en el segundo. Por su parte, el dinero ha de ser recién salido del banco para la boda (como símbolo de la nueva aventura que comienzan, aunque en ocasiones no lo sea tanto, como veremos otro día) y usado en el segundo, claramente simbólico.

...solemnes para los funerales

Las fruslerías

Por último y fuera de carta, aunque he hablado largo y tendido sobre la comida a lo largo de numerosos posts, no obstante, me siguen sorprendiendo día tras día. Muchas cosas las consideraríamos auténticas guarrerías, como a buen seguro, pasará también viceversa, otras son interesantes  y finalmente, están las que deberíamos importar a nuestro país por ser sanas y estar deliciosas a un tiempo. Una de las ultimísimas adquisiciones en casa (un regalo, por descontado) son las patatas fritas de toda la vida recubiertas de chocolate (menos sanas de lo que acostumbramos por aquí). 

Patatas con chocolate. ¿Podría ser más hipercalórico?

 Quedan muchas en el tintero y otras que van apareciendo con el paso del tiempo, así que no descarto hacer una segunda parte en el futuro, pero no las próximas semanas, destinadas a códigos de vestimenta. ¡Feliz semana!

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