- No hay vida suficiente para probar todas las bebidas que venden en Japón.
. Tal vez suene desmesurado, pero es que hay una barbaridad y cada cadena de supermercados tiene muchas marcas diferentes.
Refresco de gelatina, porque tomarla normal era demasiado mainstream
El otro día lo dejamos después de una pequeña introducción
Refrescos (de nuevo): merecen una mención doble,
dado el marcado carácter adictivo de la inmensa mayoría y… porque he encontrado
alguno estos días que me ha llamado poderosamente la atención. Empezando por la
Coca-Cola sabor vainilla -ni se me ha pasado por la cabeza probarla; no sé
siquiera si la tienen en España, porque no soy gran experto en este tema-, hasta
los refrescos de gelatina, con sus correspondientes trocitos -como si la hiciéramos
casera, no nos saliera cuajada del todo y se nos ocurriera comercializarla…-
Impresionante
Puede que esté muy rica, como decían de la cherry coke pero no es para mí
Cafés: la cafeína tiene un lugar de honor, tanto
en las máquinas como en la infinidad de cafeterías que alberga Japón. Hay de
todo tipo y tamaño. En muchas ocasiones, la gente toma el café durante la
comida, no después, como hacemos nosotros. Lo mismo pasa con las bebidas
alcohólicas. No es extraño para ellos pedirse un ron-cola a la vez que el
pescado, pero yo sigo teniendo mis reparos culinarios para esto.
Esto sí que es tomar café like a boss
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Bebidas energéticas: las hay minúsculas y de más
de medio litro, en función de la energía que necesites para un día de trabajo, o correr dos maratones consecutivas.
Con esto llegas a la luna de un salto (y como es pequeño, te regalan 140 ml más). No creo que se pueda dormir en una semana después de bebérselo
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Alcohol: con el sake por bandera -a mí,
particularmente, no me dice mucho, pero a muchos les chifla-, beber alcohol en
Japón conlleva tener panoja, dinero, vamos, porque un pack de 6 latas de
cerveza de 33cl, que en la piel de toro se encuentra desde menos de 3 euros
(depende mucho de la calidad, claro), en Japón no te baja de los 1200 yenes,
que al cambio son unas mil pesetillas de antes, o 6 euros de ahora. No queráis
saber lo que cuesta esa misma cerveza en algunos bares y restaurantes. No
digamos si la cerveza es importada. Hay que pagar con un riñón y empezar a
filtrar el alcohol con el otro…
Por si fuera poco el sábado que
viene tengo una visita a la fábrica de cerveza Kirin. Como curiosidad, aquí las
cerveceras también se encargan de las demás bebidas y otros productos que nada
tienen que ver (es como si San Miguel, Mahou o Keler se pusieran a vender
refrescos de melocotón o qué se yo y otros…)
Pero de alcohol hablaremos otro
día más detenidamente, con una broma peculiar para mis compañeros de arte.
¡Hasta la semana que viene!
La coca cola de vainilla es de origen americano, y en España solo se puede encontrar en tiendas especializadas en productos americanos y en un supermercado "pijo" llamado Sanchez Romero. A mi me encanta, pero no a todos los que la prueban.
ResponderEliminarRueda.